Creo que si el gran poeta italiano Dante tuviese la
oportunidad de analizar la actual situación que el mundo, en general, y nuestro
país, específicamente, están viviendo encontraría material de sobra para
realizar una segunda parte de su excelsa obra La divina comedia. Y el
motivo por el que digo esto es, sobre todo, por la palabra comedia. No hay más.
Lo que estamos viviendo es una falsa y burda comedia. El desarrollo de las
medidas que toman nuestros dirigentes cada día, y desde que se asentaran en sus
butacones del congreso, encarece el más plano sentido de la vida.
Hago referencia a la presión con la que se nos ha
cargado a los ciudadanos. Vivimos maniatados y con una soga al cuello. Y ¿qué
podemos esperar? Una mueca de sonrisa malévola y una palmadita en la espalda.
Después de esto somos empujados al vacío. Vacío cómo el que nos espera cuando
los efectos de la subida del IVA comiencen a dejar sus marcas de paso. Por
cierto, por si fuese poca la subida del impuesto del valor añadido que hemos
sufrido y sufrimos, de forma indefinida por ahora, las autopistas que dependen
del estado se han encarecido desde este domingo un 7,5%. ¿Es de comedia o no?
El antiguo dicho de “reír por no llorar” está
tomando mucha forma en nuestros días. Parece que, con esta medida, el gobierno
quiere asegurarse que la gente no se marchará del país para dejar de pagar
todas las subidas que han impuesto. ¡A ver quién es el guapo que se atreve a
poner una rueda en la autopista ahora! Si a este hecho le sumamos que el mismo
día, domingo 29, el combustible llegó a la friolera de 1,45€ el litro, siendo
francos, o se nos ha lanzado una friolera de que utilicemos más los transportes
públicos y que saquemos nuestras bicicletas de los trasteros, o nos quieren parados,
evitando cualquier movimiento que pueda levantar sospechas. Pero no seamos
ingenuos que esta segunda parte de la comedia no finaliza aquí. Nos quedarán
muchas más partes.
La segunda parte, a mi modo de ver y basándome en la
esperanza que siento de una favorable reacción y corrección de la situación,
acaba con la gran noticia de que nuestro gobierno y líderes políticos no harán
vacaciones en este mes de agosto. Si el sarcasmo pudiese escribirse en tinta
este papel estaría empapado en negro. ¿Vacaciones? Sí. Debe ser una comedia,
aunque creo que hay millones de personas que no le ven la gracia por ninguna
parte. Pese a ello cabe decir que nuestros políticos han tenido una frágil
atención. Han renunciado a algo que ya poseen. Alego esta afirmación asegurando
que yo nunca he trabajado en ningún lugar en el que pueda coger un avión cuando
lo crea oportuna y desplazarme a otro país para ver una final de una
competición de fútbol. No es más que una patraña a través de la cual quieren
tejerse un bonito vestido de cara a su público, a “su” pueblo. Les ocurre lo
mismo que al lobo de un cuento: el lobo quería robarle la sandía al conejo y
poner una falsa en su lugar para que éste no percatase. Así que cogió una
pelota de color rojo deshinchada y la pintó del color de la fruta. Pero al
hincharla, quiso agrandarla tanto y hacerla tan exteriormente bella que le
explotó en la cara. Pues eso es lo que está ocurriendo. Únicamente con la
excepción de que para muchos “conejos” de esta madriguera” la sandía de los
“lobos” explotó hace mucho tiempo.
Me alegra ver que de la misma forma que ellos han
tenido tan agradable atención, el pueblo no ha podido quedarse quieto en su
recelo por devolverles dicha atención y así han tomado fuerza manifestaciones y
movimientos como los de “no vull pagar”.
Así que ¿por qué no nos levantamos de nuestro
asiento y subimos al escenario dispuestos a participar en esta incansable
comedia de toma y daca entre “conejos” y “lobos”? Sinceramente creo mucho más
en la fuerza de la unidad de muchas manos de abajo que en la que desprende el
mazo sujetado por la mano que está encima de ellas.
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