Los hechos ocurridos en Burgos a lo largo de esta semana representan una nueva chispa de luz a la que aferrarse. Un aire renovado de inconformismo y respuesta a la insaciable hegemonía que había tomado el gobierno en todos los frentes: el nacional, el autonómico y el local. Un sencillo vecindario ha logrado una de las pocas victorias que la ciudadanía puede contar en los últimos años. Y lo más curioso de todo es que no ha sido por una de las tantas "reformas" antisociales a las que el conjunto de la sociedad ha estado expuesto, sino por unas obras.
Burgos está siendo ejemplo de resistencia (teinteresa.com) |
El barrio de Gamonal, que se constituyó como municipio independiente de la ciudad hasta 1955, año en que fue absorbido por la capital, se ha negado a la construcción de un bulevar que eliminaría las posibilidades de aparcar gratuitamente y tendría un coste de unos trece millones de euros (incluyendo el nuevo párking). Los factores que más influyen en la queja respecto al proyecto son las 30.000 viviendas que conforman un barrio de tan densa circulación como es este, y los 18.000 parados que registra la ciudad.
Lo que representa la paralización de este bulevar no sólo compete a Burgos, sino que es una evidencia de nivel nacional. Las obras como pretexto para estallar en la tan necesaria revolución. Es cierto que a los vecinos burgaleses les han intentado tocar sus hogares pero el pastel sigue a la guinda y, aunque esa guinda debería haber aparecido tiempo a, es importante, y era más necesario aún, ver como todavía queda resistencia en el ecosistema de la desolación económica.
No solo es una cuestión local, sino que afecta a todo (expansion.com) |
Desde este punto no resulta muy difícil que se propague por el resto de los vecindarios del estado esa resistencia a las ególatras decisiones del poder. De hecho, el gobierno sopesa el significado de las consecuencias que pueden surgir de la paralización de la obra en Gamonal. Muestra de que verdaderamente la capacidad de cambio y decisión reside en nosotros, los ciudadanos de unas ciudades que han sido conquistadas por la corbata y el maletín.
Puede que para algunos los hechos de Burgos sean condenables. Francamente, no creo que se deban tener en cuenta las opiniones que se basan en nada o simplemente en puros prejuicios y estratagemas políticos. Incluso los medios se han comportado de una manera distante y poco favorable, centrándose únicamente en hablar de batallas campales o de guerrillas. De lo que estoy convencido es del significado que tiene para muchos todo lo que está sucediendo. Es una de las pocas cartas que quedaban por jugar en cuanto a la resistencia y el reclamo para la recuperación de las libertades y los derechos sociales. El gobierno recula y es necesario aprovecharlo.
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