I., L., sois la imagen más próxima que tengo del futuro. Cada vez que os miro, lo recuerdo. Un bostezo mientras aparecen las blancas perlitas de vuestros dientes; vuestras manos cubriendo vuestro rostro cuando no queréis ver a alguien; la inocencia con la que os refugiáis en nosotros, los adultos, cómo si sirviésemos de escudo fiable. El futuro está en vosotros. No en lo que llegaréis a hacer o en lo que os vayáis a convertir, sino en vosotros mismos. En ésta, vuestra esencia más pura, tan plausible y sorprendente ahora para todos los que os rodeamos.
Debéis saber
que en el mundo os encontraréis a personas que se felicitan por fijar el límite
del calentamiento del planeta en el que vivimos para 2050 en 1,5 grados más que
la temperatura que tenemos ahora. Sonríen y posan ante las cámaras (sí, como
con las que trabaja vuestro tío) asegurando que os están salvando a vosotros,
al futuro, pero no les creáis. Tenéis que ser críticos ante cualquier acción
que se reivindique en vuestro nombre o beneficio. Por desgracia, con el tiempo
comprenderéis que el ser humano no es en general gratuito en ninguna de sus
facetas. A mí me da la sensación de que en realidad están ajustando vuestra destrucción
al milímetro, sin calibrar las consecuencias. Veréis también que existen las
aguas de un mar muy cercano a vuestras casas, un mar oscuro y profundo a dónde
muchos otros niños de lugares diferentes son arrojados sin importar qué les
pueda llegar a ocurrir. Ni tan sólo, si pierden o salvan sus vidas.
También
llegará el día en el que comprenderéis que no vivimos en una esfera común, sino
que estamos todos supeditados a una serie de escalones. Aunque en nuestro nacimiento
somos todos iguales, veréis que vosotros os encontráis en el escalón más alto,
el de arriba. No sé explicaros muy bien cómo habéis ido a parar ahí, ni quién
os ha llevado hasta ahí, ni el por qué. Pero quiero que, llegado el momento, os
fijéis que hay personas en los otros escalones, también sin saber por qué han
sido colocadas en ellos, y que descendáis los escalones que sean necesarios, o
las ayudéis a subir al vuestro, hasta que todos quedéis igual. Porque vosotros
sois el futuro, una parte de ese futuro que se expande a lo largo del planeta.
Queridos I. y
L., habrá un día en el que saldréis a la calle y os daréis cuenta de que hay
personas que están viviendo en ella. Se recogen del frío y se guardan de las
miradas perturbadoras que muchas veces los adultos les lanzamos, pero no
tengáis miedo. Ellas también fueron futuro, y lo siguen siendo. Os animo a
acercaros a ellas e intentar conocerlas. Os aseguro que la experiencia no os
dejará indiferentes y de esta manera podréis ejercer como futuro que sois,
rompiendo los viejos esquemas de las mentes pobres que juzgan y condenan a
todas esas personas sin entender. No creáis lo que la sociedad hace con ellas.
No son invisibles. Su existencia es indiscutible y no han nacido para pasar
desapercibidas.
Crecéis,
segundo a segundo. Os escapáis de nuestras manos protectoras y egoístas, que
muchas veces os sujetan por miedo a perderos. Creced y procurad que vuestro
crecimiento esté siempre ligado al amor, porque no hay fecundidad posible en
las relaciones humanas sin amor. Empapad vuestro conocimiento de libros,
llenaos de experiencias. Todo ello forma parte del futuro que sois y
representáis. Pero por favor, no lo hagáis por vosotros, ni solamente por los
que os rodean, sino pensad en los que han de venir. Aquellos que han de tomar
el testigo del futuro de vuestras manos. Su margen de acción dependerá de la
medida en la que hayáis cuidado de dicho testigo, y del estado en el que lo
entreguéis. Y el éxito en este objetivo pasa por renunciar cada uno de
nosotros, con amor y humildad, moldeando nuestras vidas para el bien colectivo.
I., L, comprended que el futuro solamente será si es en común. Supongo que no
os costará mucho encontrar la manera de ganar mucho dinero y asentaros en una
vida cómoda y despreocupada. Pero no olvidéis que vivir, vivir sólo lo podréis
hacer una vez y la manera en la que lo hagáis será de especial relevancia para
todo el mundo.
Feliz futuro,
queridos.