jueves, 28 de febrero de 2013

Cuando la oposición murió...

... amplio y cómodo camino al gobierno le quedó. Esta semana se ha conocido la noticia de que el PSOE y el PSC discrepan por lo que se refiere a materia del "dret a decidir" catalán. Los socialista catalanes, dirigidos por Pere Navarro, han hecho pública su intención de votar a favor de una consulta soberanista en Cataluña. La respuesta de la dirección del partido ha sido un tanto ambigua: comprensión y respeto en cuanto a la decisión tomada, aún declarándose completamente en contra,  pero además sanción.
Pere Navarro/ Periodistadigital.com

La "rebeldía" del PSC no ha quedado impune y el PSOE pasará cuentas a los diputados que han votado a favor de la realización de un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Por otro lado tenemos a la diputada por Barcelona, ex-ministra de Defensa y de Vivienda y candidata a la secretaría general del partido, Carme Chacón, la cual se ha declarado contraria al voto de su partido, el PSC,     pese a que ha dejado su escaño a disposición de los socialistas catalanes y, posteriormente, Navarro la ha ratificado en él.

Rubalcaba, líder del PSOE, ha anunciado que próximamente se regularán las relaciones con los socialistas catalanes debido, principalmente, a que es una petición que lleva años sobre la mesa. Además de ello, cabe recordar que las tensiones entre PSOE y PSC se han agravado especialmente durante esta semana a causa de la petición de abdicación del monarca por parte de los socialistas catalanes, que fue tildada de "inadecuada" por el PSOE,  y de su decisión de votar a favor de la consulta sobre la independencia de Cataluña.

Parece que la brecha entre el PSOE y el PSC se ha ensanchado hasta el punto de crear dos territorios diferentes divididos por una frontera. Cabe destacar la actitud del PSOE. Destacarla por su negatividad, claro está. Me pregunto si un partido que dice ser socialista y obrero actúa lícitamente al sancionar a aquellos trabajadores que opinan de manera distinta a la dirección. Creo que en esta práctica puede haber muchas cosas, pero no hay socialismo ni "obrerismo". 

La realidad es que el PSOE, a día de hoy, se ha convertido en un partido obsoleto. Está muy lejos de ser el partido que fundó Pablo Iglesias en 1879. Su mala gestión en este tiempo de crisis lo ha llevado a retroceder muchas décadas atrás en el tiempo, y se encuentra más alejado que nunca de los ideales y valores del socialismo y de velar por la comuna obrera. En el primer año de mayoría del Partido Popular no ha ofrecido una oposición digna. Al contrario ha caído en el estúpido juego de la demagogia y de la culpabilidad y la propia defensa y se ha olvidado de todo lo demás. No ha propuesto ninguna solución al estado actual de la sociedad y no han fijado ningún límite al Partido Popular, campando éste a sus anchas por "castilla". 
Alfredo Pérez Rubalcaba/ Público-EFE

El PSOE se ha contaminado de la situación política actual y su actitud de esta semana es digna de indignación. Ha habido un sector del partido que se ha dado cuenta de que la dirección en la que iba el barco era completamente errónea y contradictoria a lo que se predica.Mejor dicho, ha habido un sector del partido que se ha dado cuenta de que el barco naufraga. Hace aguas, y no quieren hundirse con él. Y la contestación que han recibido a su sensata idea de tomar su propio rumbo ha sido una sanción económica. Una triste y vulgar multa. Como si de conducir a más velocidad de la indicada se tratase. 

Si a esto se le suma el motivo de es sector del partido de querer tomar otro rumbo, entonces podrá considerarse que el PSOE a partir de ahora se llame PE, porque de Socialista y Obrero no tiene absolutamente nada. El PSC ha considerado que en una democracia es inconcebible negar a la ciudadanía el derecho a formular un referéndum sobre el tema que ésta plantee. Sea cual sea. El pueblo tiene y ha de tener garantizada la libertad de expresar un deseo y de convocar una consulta para decidir si se ejecuta o no. Es una práctica amparada por el sistema político de la democracia. Aunque quizás nuestro sistema esté más alejado de la democracia de lo que en realidad se cree. 

En cualquier caso, el PSOE, un partido que, repito, predica el preocuparse por lo social y el obrero ha sancionado a un ala de su partido, los socialistas catalanes, por querer escuchar la voz del pueblo, lo que los ciudadanos tienen que decir, sobre el tema de la independencia política de Cataluña. Debería estar amparado por la ley que los diputados del PSC sancionados reclamasen ante el Tribunal Constitucional éste hecho y que, en todo caso, se sancionase al PSOE por querer vetar una libertad de expresión. 


La principal oposición en España ya yacía muerta desde hace unos meses. Esta semana ha cavado su propia tumba y se ha enterrado ella misma, velando su propio funeral.