Félix Benlliure (Terrassa, 1935) es
doctor en teología y escritor. Durante muchos años ha ejercido cómo pastor de
la iglesias evangélicas de Zaragoza y Mollerussa. Proviene de raíces francesas,
por parte de madre, y cursó sus estudios en el European Bible Institute, de
París, y la Theologycal Univerity
of America, en Iowa. Siempre ha sido un fiel seguidor de la información a
través de los medios de comunicación y, por esto, ha representa un testimonio
directo de la represión ejercida sobre tales medios en la época dictatorial en
España. A través de esta entrevista, el
señor Benlliure expone una situación y realidad históricas, más que visibles, en
el lento y aletargado alcance de la libertad en nuestros medios de
comunicación.
Jonatán S.: ¿Cómo era el consumo mediático de la sociedad cuando usted
era jóven? ¿Ha variado mucho respecto a la fecha?
Félix Benlliure:
Yo marché con 18 años hacia París a estudiar. Era un niño. ¿Tú sabes lo que es
verte siendo un niño en una ciudad como París? Entonces hasta los 18 años,
cuando marché, en España sí que vi un consumo muy escaso de prensa, sobre todo.
Pero una vez dentro del seminario en Paris, no pude fijarme tanto en aquello
que compraba o dejaba de comprar la sociedad, puesto que estaba ensimismado en
los estudios. Aún así, se tiene que tener en cuenta que en aquella época la
economía estaba muy mal. Un obrero ganaba unas doce pesetas y el diario ya te
costaba 25 céntimos. Quién compraba el diario era porque se lo podía permitir,
es decir, gente de dinero. Además, todos los diarios que había eran del
movimiento nacionalista, como por ejemplo La Solidaridad Nacional. Las clases trabajadoras
no podían leer el diario. Y con la radio pasaba lo mismo. Lo escuchaba quién
podía comprarla. Se utilizaba, sobre todo, para noticias y música. La primera
radio que tuvimos en casa fue en 1948. Éramos pobres. Podría decir que ha
cambiado respecto a la actualidad en el sentido de las tiradas de los diarios.
Antes un diario te hacía una tirada de 3000 ejemplares. Ahora te hace tiradas de medio millón. Ha cambiado muchísimo, sobre todo por las
condiciones económicas. Ahora todo el mundo puede gastar 1’50 euros. Antes,
casi nadie podía gastar 20 céntimos.
JS: ¿Cómo dependía la sociedad de su época
de los medios de comunicación?
FB: La
dependencia era escasa, como decía antes, porque la economía no daba más de sí.
Ahora vas a un bar y tienes un montón de diarios para leer. Lo puedes comprar,
como yo, o, incluso, leerlo por Internet. Tengo un amigo que cada día compra
cuatro diferentes. Antes quién podía comprar uno sólo era considerado un
privilegiado. Aún así, francamente, pienso que la prensa escrita irá a menos y
los libros serán sustituidos por nuevas tecnologías como, por ejemplo, el iPad o el eBook.
JS: ¿Cree que la sociedad actual depende
demasiado de los medios de comunicación? ¿En que lo ha notado? ¿Podría decir
desde hace cuánto?
FB: Esto depende
de la época. Por ejemplo, ahora que ha habido elecciones generales, la gente ha
comprado prensa para informarse. Cuando hay noticias excepcionales, aquel día
la gente compra prensa y revistas y consume más medios. Ahora bien, España es
un país donde no se lee. Se consumen muy pocos libros. Está todo digitalizado.
Una persona puede encargar un pedido por Internet y tenerla en casa dos días
después. También hay un consumo muy extenso de programas de televisión ligeros.
Aquí es donde yo veo que hay una dependencia. Sólo hay que fijarse en el share de cadenas como Telecinco, La Sexta, Cuatro, etc...La
gente pasa las noches en cadenas como estas. Pero por el resto de programas
informativos, documentales y otros medios de comunicación, como los escritos,
no veo que haya dependencia. A pesar de que también depende de la edad del
público consumidor. Podría decirse que este aumento de consumo de prensa,
televisión y otros medios empieza a aparecer a partir de los años 80. Ha ido in crescendo, supongo que por el hecho
económico, también. Me refiero a que, por ejemplo, hay quién tiene sólo una
televisión en casa. Yo tengo cuatro y creo que esto también influye
directamente en el consumo. Es lógico.
JS: ¿Los medios de comunicación actuales
son más o menos profesionales que los de antes?
FB: Los medios
de comunicación han hecho un giro de 180º. Ahora son mucho más profesionales
gracias a las constantes mejoras que se han ido realizando en el sistema
educativo y en las diversas escuelas universitarias. Han ido surgiendo grandes
profesionales en el mundo del periodismo y ahora hay muchos periodistas que son
muy buenos. También hay de malos pero son muchos más los buenos, es claro. La
preparación de sus trabajadores ha supuesto un gran cambio en los medios de
comunicación. Trascendental diría yo.
JS: Hábleme de los medios de comunicación
que existía cuando era un estudiante.
FB: Que yo
recuerde, sólo había radio y prensa. La televisión no apareció hasta la década
de los 50 y no se popularizó hasta el segundo lustro de los 60. Además yo no
consumía prácticamente nada de medios porque estaba en el seminario estudiando.
Aún así, no eran ni la radio ni la prensa de ahora. Ahora hay una serie de
profesionales que han hecho muchos cambios positivos. Sobre todo en términos de
radio. Por lo que a prensa respecta, no
se nota tanto porque siempre ha habido buenos periodistas, como Carlos Sentís.
Por ejemplo, yo solía leer La Vanguardia y Pueblo, pero no de forma asidua, sino
cuando uno podía.
JS: ¿Ha tenido acceso a los medios de
comunicación siempre que lo ha deseado o ha sufrido alguna especie de
restricción en su vida?
FB: Sí, siempre
he tenido restricciones económicas para leer el diario y consumir otros medios.
Esta situación, gracias a Dios, ha cambiado en la actualidad porque ha habido
un cambio importante en lo que a clases sociales nos referimos. Antes, la clase
obrera era mucho más pobre que en la actualidad. Las clases sociales han influido
siempre mucho en el consumo de los medios.
JS: ¿Cuál era el medio de comunicación que
usted consumía más cuando era joven? ¿Por qué?
FB: Te invito a que
lo adivines.
JS: … ¿la radio?
FB:
Efectivamente. La radio, por supuesto. Porque estaba más a mano. Era lo más
popular. Tú podías comer y escuchar al mismo tiempo las noticias. O, quizás,
estabas trabajando y, al mismo tiempo, te informabas. Era el medio más
asequible. A pesar de que no era de fácil acceso. Todo era difícil de
conseguir. Si yo me hubiera quedado en España no sé si mis padres hubieran
podido pagarme la universidad. La radio, igual que el estudio y los bienes más
básicos como la ropa limpia, eran un privilegio en aquella época. Lo único que
era de fácil accesibilidad era hacer el servicio militar, como nos tocó a
muchos.
JS: Descríbame los medios de comunicación
durante el franquismo.
FB: La gran
mayoría eran del movimiento nacionalsindicalista y franquista. Había censura.
Lo censuraban todo y allí no pasaba ninguna noticia ni ningún libro hasta que
no lo dijeran. La gente tenía miedo porque todo lo que se creaba tenía que
pasar por la censura. Si te tachaban, por ejemplo, no podías publicar tu libro.
Fue a raíz de la publicación de la ley de prensa e imprenta por el ministro
Manuel Fraga Iribarne, conocida como la ley Fraga, en 1966 cuando se desató un
poco esta censura y, paralelamente, surgió un proceso de reducción de la
presión sobre otras religiones que no fueran la católica romana en España, de
la mano del ministro Fernando María Castiella, cosa que también afectó a la
participación de otros sectores del pueblo en los medios de comunicación y la
literatura. Pero si quieres una palabra con la que pueda describir los medios
de masas en la época franquista es esa: censura.
JS: ¿De qué manera cree que la censura de
la época afectó a los medios de comunicación?
FB: La censura
fue muy severa. Afectó mucho. La gente tenía miedo a la hora de publicar un
libro, hacer pública una noticia, emitir una película, etc. Se esparció un
miedo general en todos los medios de comunicación y, sin lugar a dudas, afectó
la evolución. Recuerdo que no se podían tratar, tampoco, temas religiosos ni
políticos. Todos los escritores tenían miedo a la censura. Se tiene que tener
en cuenta que desde el fin de la guerra en 1939, Franco implantó una censura
muy fuerte que provocó miedo en muchos escritores y periodistas. Aún así, no
estoy seguro de que se hubiese publicado más si no hubiera existido la censura.
Lo único que se seguro es que la gente habría conocido la verdad y se habría
enterado de muchas cosas que la censura no permitía. La censura limitaba todo.
Las publicaciones contrarias al régimen se hacían desde el exterior, como por
ejemplo el editorial El ruedo ibérico,
que publicaba desde París, y la estación de radio Radio España Independiente; estación pirenaica, que emitía desde la Rumanía de Ceaucescu.
JS: Usted ha vivido de pleno la gran
evolución que los medios de comunicación han hecho. ¿Podría considerarla?
¿Cree que continuará esta innovación?
FB: A mí me
gusta la prensa seria y hoy en día se publica mucha tontería y mucha
propaganda. Antes también, pero quizás no tanto. Por ejemplo, creo que quedaba mejor
la publicidad cantada de antes de que no las llanuras publicitarias que
aparecen hoy en día en los diarios. Pese a esto, en general creo que sí que ha
habido una evolución positiva. Hoy en día, los medios de comunicación son
libres y también hay más papel. Antes un diario eran dos hojas grandes
dobladas. Ahora el diario pesa. Tiene más “chicha”.
La tecnología
evolucionará y no tardará 50 años como han hecho estos medios de comunicación
actuales. Todos los descubrimientos nuevos que se han hecho han sido por
investigaciones hechas por los americanos que nacen y provienen de la época de
la llegada del hombre a la luna. El progreso de la técnica ha sido la
investigación que los hombres han hecho para llegar a la luna, especialmente
rusos y americanos. Es el punto de partido de todo este bombardeo de
tecnologías innovadoras que estamos recibiendo. Y, por supuesto, no es eterno
pero tampoco efímero.
JS: Por último, señor Benlliure, díganos
qué espera usted de un medio de comunicación.
FB: Que me
informe de manera veraz de lo que está sucediendo. Que las noticias estén
ampliamente contrastadas y garanticen una veracidad necesaria.
Pues a parte de felicitarle por los dos
grandes trabajos de Los Hugonotes y Bosquejos de doctrina bíblicos, tan sólo
me queda agradecerle su tiempo, paciencia y atención y desearle bendiciones.