viernes, 28 de junio de 2013

"La vida es bella", de Roberto Benigni

Según la Real Academia Española, la felicidad es "un estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien". Aunque, francamente, discrepo mucho de esta definición. Fundamentalmente en tres puntos: el primero es que la felicidad no es un estado de ánimo ni una emoción, sino que es un virtud que no todo el mundo tiene o es capaz de tener. Considero que podría llegar a verse, incluso, como un modo de vida. En segundo lugar, la verdadera felicidad no se encasilla tras los límites de lo material. De aquí que no se la pueda considerar como un estado de ánimo o una emoción efímera, y que tampoco dependa de las posesiones materiales que se tienen. La verdadera felicidad es feliz en todo momento, en toda circunstancia. Y por último, como ya se ha comentado, la felicidad es una virtud. Un estilo de vida, capaz de vivir de la misma  manera independientemente de las posesiones materiales de las que se disponen o de los altibajos anímicos y emocionales. Por eso remarco, es algo que no todo el mundo tiene o puede tener.
Cartel de la película, 1997 (filmaffinity.com)
En La vida es bella, Roberto Benigni nos muestra esta clase de felicidad tan erudita. No es necesario reexplicar la historia de una película que muchos hemos visto, y si no es así, considero que se debería detener la lectura de este artículo y ver el film antes de continuar. 

El director italiano plasma la felicidad a partir de otros elementos como el amor, hacia su mujer y su hijo. También la comedia, que resulta muy bien seleccionada a lo largo de las diversas partes de la película. Y cómo no, el agradecimiento constante que viaja paralelamente a esa felicidad inagotable. Benigni y su familia, viven sin ningún tipo de lujos, con lo estrictamente necesario. Y son felices. Viven un contexto sociopolítico caracterizado por un enorme odio general que supera a las personas a su paso. Y son felices. Son despojados de lo poco que les queda y arrastrados, lejos de su hogar, a una muerte prácticamente segura. Y son felices.

Fotograma de la película (cazadoresdepeliculas.es)
La clase de felicidad que se ejemplifica en La vida es bella es la auténtica. La verdadera. El resto de tipos de felicidad que pueden experimentarse son efímeras dosis que acaban abandonando a la persona en un estado de tristeza o pena. Pero Benigni muestra claramente esa gran felicidad, la cual no quiere decir que no permita espacios para la tristeza y el dolor. Por el contrario, los reserva a cal y canto, pero siempre sabe tratarlos y encerrarlos después, y continuar hacia delante, alegrándose y alegrando. 

Benigni parece preguntar ¿acaso no es bella la vida que tenemos, como para vivirla con esa felicidad lejana a lo material y lo puramente emocional?