viernes, 2 de mayo de 2014

"Cabeza de turco", de Günter Wallraff

En pocas ocasiones he podido leer un trabajo periodístico tan limpio, explícito y atrevido como el que se atreve a realizar Wallraff en esta infiltración de incógnito como inmigrante otomano en la sociedad alemana. De hecho, me parece injusto reducir el significado de su obra a un trabajo periodístico, puesto que presenta un valor sociológico que vale mucho más que su peso en oro. 

Wallraff convertido en Alí (pliegosuelto.com)
El periodista alemán realiza un exhaustivo estudio del crudo 'proceso de adaptación' por el que han de pasar los inmigrantes turcos en la Alemania Federal de finales de los 70, principios de los 80. Una radiografia de una sociedad que estaba muy lejos de olvidar el racismo que treinta años antes les había llevado a la Segunda Guerra Mundial. 


Además del aporte informativo que hace, Wallraff dota de un sentido especial a su libro al añadir una vivencia subjetiva y personal, apartir de todas las experiencias por las que ha de pasar por causa de su falsa identidad turca. Facilita datos que involucran diferentes instituciones, desde la Iglesia Católica en tratos de racismo, a la empresa de subcontratación Adler, en casos de contratación ilegal y explotación laboral, pasando por el discurso xenófobo de la CDU en el Pabellón de los Nibelungos. No conoce límites a la hora de poner en práctica esa falsa vida de turco marginado que adopta y se infiltra en toda clase de actos y trabajos vejatorios para cualquier ser humano, independientemente de la raza. 


'Alí' con unos compañeros de trabajo (pliegosuelto.com)
"Cabeza de turco" permite abrir los ojos ante un periodo histórico de falso desarroyo social, en el que la tecnología experimenta sus primeros avances y por ende gobiernos y sociedades adoptan una actitud de cierta superioridad y se perimten olvidar algunos errores del pasado. Comienzan los precedentes de los movimientos globalizadores y paralelamente coge protagonismo un racismo que se expresa en consecuencias tan denigrantes como los 'conejillos de indias' para las farmacéuticas, en obreros sobreexplotados, en pintadas ofensivas por las calles y en la acaparación de una agresiva atención por parte de los vecinos del vecindario.


Y en medio de este ambiente Wallraff plasma su valor de hacerse pasar por 'Alí' en unas páginas descriptivas e informativas que son brillantes. Dándole a la información una idiosincracia humanitaria y vivificándola con un testimonio único y, sobretodo, veraz. Sin duda alguna, una obra de arte de la literatura contemporánea, en la que información y sociología se 'hibridan' formando un retrato dolorasemente fiel de la calle.