viernes, 22 de marzo de 2013

"Siete almas" de Gabriele Muccino

Amar al prójimo cómo a uno mismo. Esa enseñanza es la que pude extraer de esta maravillosas película de Muccino. Siento si parece que tan sólo quiera relacionarlo con la cuestión de la fe y la creencia en Dios. Puedo asegurar que no es mi intención. Básicamente pretendo limitarme a exponer todo aquello que extraigo. Si alguna palabra causa incomodidad, ese era su último objetivo. 

cartel de la película/cineol.net
No hablaré de la intepretación de Will Smith y del resto de actores, que me parece fascinante. Respecto al aspecto técnico, cabe decir que no es un film demasiado complejo de montar. Presenta un raccord, una unidad sencilla y simple de fabricar. 

Lo que, como decía al principio, más puede destacarse de esta película es la fuerza que transmite. La presencia que la historia transmite y el poder con el que irrumpe entre el público. Realmente plantea la existencia de la figura humana capaz de preocuparse por quienes lo rodean, e incluso por quienes no la conocen, tanto como se preocupa por ella misma, o más. Puede comportar un debate bastante contundente respecto a la aactualidad humana que estamos viviendo. 

Parece que desde que comenzó el fuerte desarrollo tecnológico ha ido desapariciendo el factor humano y con la muerte de figuras cómo Martin Luther King, Teresa de Calcutta o Leidy Di, entre otros, no han surgido nuevos portavoces del deseo de acercamiento mutuo entre prójimos. No es así. Existen, gracias a Dios, personas que entregan sus vidas en pos de otras, por amor. 

Pero el amor al prójimo es algo costoso. Algo que parece ir quedando obsoleto. Algo que ha pasado a ocupar planos secundarios, terciarios, etc..Pensemos en amar a una persona que no es ni nuestra pareja, ni nuestra família, ni nuestra amiga, tanto cómo nos amamos a nosotros mismos. Ahora reproduzcamos esa sensación por siete mil millones de habitantes en la tierra y tratemos de imaginar como sería el mundo si funcionase así. 

El mensaje de "Siete almas" es ese. Si por nosotros mismos estamos dispuestos a hacer algo, cualquier cosa, estemos también dispuestos a hacer lo mismo por el prójimo. Este tipo de amor es muy complejo y requiere mucha fuerza. Pero cuando tan sólo conseguimos aproximarnos a él podemos experimentar un gran cambio en nuestra vida, en otra vida y en el funcionamiento de la tierra. 

"Siete almas". Os animo a amar al mundo tanto como a vosotros mismos.