Así pues, el rey recibió al máximo representante del
ejecutivo y juntos trataron, posteriormente, la actual situación política y
panorama político. Incluso puede que se llegasen a tratar los temas de los
incendios y la más que inminente
necesidad de un rescate financiero. Al parecer esta reunión supuso el único
encuentro que se llevará a cabo este mes de agosto entre el jefe del estado y
el del gobierno, ya que el rey tiene previsto regresar a Madrid para descansar
unos días antes de regresar a su labor oficial.
Posteriormente a la reunión, Rajoy regresó a la
Moncloa para reanudar su trabajo y comparecer ante una rueda de prensa que
inicialmente no se tenía pensado organizar. Eso sí, en la comparecencia, el
presidente no aceptó ningún tipo de pregunta y se limitó a comentar como había
transcurrido la reunión con el rey, en la que le había expuesto las tendencia
generales que llevará plan presupuestario el curso siguiente.
En general, parece un hecho irrelevante e
insignificante pero lo cierto es que contribuye directa e indirectamente a esta
montaña que es la crisis y que se ha ido formando a partir de pequeñas minucias
sin importancia como esta.
No podemos negar el precio de venta al público que
este hecho conlleva. Primero que todo tenemos que la manutención del palacete
donde el rey veranea y donde tuvo lugar la reunión, una propiedad pública,
recae sobre el gobierno balear, y no es precisamente poco dinero. ¿Verdad que
cualquier ciudadano tendría vedada la estancia en cualquier propiedad pública
y, todavía más, de forma gratuita? Pues, personalmente no entiendo el hecho de
que el rey descanse en un inmueble público cuyo mantenimiento es a costa del
pueblo y tampoco entiendo el hecho de que en este mes de agosto solo puedan
celebrar una reunión por el hecho de que su majestad necesite unos días de
descanso antes du retorno a los protocoles oficiales. ¿No era hace unas semanas
cuando se decía que la cúpula del gobierno “renunciaba” a sus vacaciones? Si el
rey no está incluido en la cúpula del gobierno de su país entonces se está
produciendo una gran contradicción.
Pero a parte de este hecho lo más destacable de esta
noticia es que el presidente Rajoy realizase una comparecencia ante los medios
en la que no aceptó ningún tipo de preguntas, es decir, la privación a
cualquier medio de comunicación a poder sonsacar de manera profesional y
lícita, por medio de preguntas, más información en dicho acto comunicativo. No
fue una rueda de prensa sino un comunicado. El señor presidente se limitó a
exponer “lo que hay” sin atender cualquier tipo de pregunta o reclamación.
Francamente, que yo sepa, cómo estudiante de
periodismo que soy (y eso no me da ni más ni menos derecho que nadie), la comunicación
y cualquier acto comunicativo se basa en una correspondencia, una
interactuación, del emisor (Rajoy en este caso) con su público (los
periodistas). Por lo tanto, si cualquiera de las dos partes no puede o tiene
negado el derecho y el deber de manifestarse, nos estaremos cargando la mitad
del ciclo comunicativo y, por ende, la libertad, puesto que la correcta
comunicación comporta consigo el sello de una libertad garantizada.
Con este acto, el señor Rajoy destruyó esa
comunicación correcta y esa libertad garantizada que la acompaña. No fue, sin
duda, más que otro de los tantos recortes que ha producido. Puede que este no
afectase directamente a toda la población pero sin duda alguna es uno de esos
hechos, que comentábamos al principio, que van acumulándose los unos sobre los
otros y van haciendo esta “montaña”
eterna e impasable.
No creo que sea correcto que un presidente de un
país presente un plan presupuestario sin aceptar preguntas ni cuestiones. Pero,
en fin, allá cada cual con su actitud y los hechos que ésta demuestra.
Nosotros, mientras tanto, no detengamos nunca nuestra sed de justicia y de paz.