miércoles, 15 de agosto de 2012

El P.V.P. de una reunión

Esta noticia mezcla también algunos toques y estilos propios del apartado Y tú ¿qué opinas? Ayer tuvo lugar una reunión entre el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, y el rey Juan Carlos. El lugar de dicha reunión fue el palacio de Marivent, situado en Cala Major (Palma de Mallorca), donde el rey veranea en este mes de agosto. Cabe decir que esta moderna edificación construida por el arquitecto mallorquín Guillem Forteza Pinya entre 1923 y 1925 es mantenida por el gobierno autonómico balear, el cual invierte 1,5 millones de euros anuales para ello.
Así pues, el rey recibió al máximo representante del ejecutivo y juntos trataron, posteriormente, la actual situación política y panorama político. Incluso puede que se llegasen a tratar los temas de los incendios y la  más que inminente necesidad de un rescate financiero. Al parecer esta reunión supuso el único encuentro que se llevará a cabo este mes de agosto entre el jefe del estado y el del gobierno, ya que el rey tiene previsto regresar a Madrid para descansar unos días antes de regresar a su labor oficial.
Posteriormente a la reunión, Rajoy regresó a la Moncloa para reanudar su trabajo y comparecer ante una rueda de prensa que inicialmente no se tenía pensado organizar. Eso sí, en la comparecencia, el presidente no aceptó ningún tipo de pregunta y se limitó a comentar como había transcurrido la reunión con el rey, en la que le había expuesto las tendencia generales que llevará plan presupuestario el curso siguiente.
En general, parece un hecho irrelevante e insignificante pero lo cierto es que contribuye directa e indirectamente a esta montaña que es la crisis y que se ha ido formando a partir de pequeñas minucias sin importancia como esta.
No podemos negar el precio de venta al público que este hecho conlleva. Primero que todo tenemos que la manutención del palacete donde el rey veranea y donde tuvo lugar la reunión, una propiedad pública, recae sobre el gobierno balear, y no es precisamente poco dinero. ¿Verdad que cualquier ciudadano tendría vedada la estancia en cualquier propiedad pública y, todavía más, de forma gratuita? Pues, personalmente no entiendo el hecho de que el rey descanse en un inmueble público cuyo mantenimiento es a costa del pueblo y tampoco entiendo el hecho de que en este mes de agosto solo puedan celebrar una reunión por el hecho de que su majestad necesite unos días de descanso antes du retorno a los protocoles oficiales. ¿No era hace unas semanas cuando se decía que la cúpula del gobierno “renunciaba” a sus vacaciones? Si el rey no está incluido en la cúpula del gobierno de su país entonces se está produciendo una gran contradicción.
Pero a parte de este hecho lo más destacable de esta noticia es que el presidente Rajoy realizase una comparecencia ante los medios en la que no aceptó ningún tipo de preguntas, es decir, la privación a cualquier medio de comunicación a poder sonsacar de manera profesional y lícita, por medio de preguntas, más información en dicho acto comunicativo. No fue una rueda de prensa sino un comunicado. El señor presidente se limitó a exponer “lo que hay” sin atender cualquier tipo de pregunta o reclamación.
Francamente, que yo sepa, cómo estudiante de periodismo que soy (y eso no me da ni más ni menos derecho que nadie), la comunicación y cualquier acto comunicativo se basa en una correspondencia, una interactuación, del emisor (Rajoy en este caso) con su público (los periodistas). Por lo tanto, si cualquiera de las dos partes no puede o tiene negado el derecho y el deber de manifestarse, nos estaremos cargando la mitad del ciclo comunicativo y, por ende, la libertad, puesto que la correcta comunicación comporta consigo el sello de una libertad garantizada.
Con este acto, el señor Rajoy destruyó esa comunicación correcta y esa libertad garantizada que la acompaña. No fue, sin duda, más que otro de los tantos recortes que ha producido. Puede que este no afectase directamente a toda la población pero sin duda alguna es uno de esos hechos, que comentábamos al principio, que van acumulándose los unos sobre los otros y van  haciendo esta “montaña” eterna e impasable.
No creo que sea correcto que un presidente de un país presente un plan presupuestario sin aceptar preguntas ni cuestiones. Pero, en fin, allá cada cual con su actitud y los hechos que ésta demuestra. Nosotros, mientras tanto, no detengamos nunca nuestra sed de justicia y de paz.

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