jueves, 10 de octubre de 2013

¿Beatos por quién?

La primera acepción del concepto de beatificar, según la Real Academia Española, es la de declarar que un difunto, cuyas virtudes han sido previamente certificadas, puede ser honrado con culto, propiamente descrita así por el papado. El próximo domingo, 13 de octubre, está previsto celebrarse en el complejo de la Universidad Laboral  de Tarragona una multitudinaria beatificación de más de quinientas personas, consideradas como "mártires". El acto, que contará con el completo apoyo de la Iglesia Católica desde el Vaticano hasta sus organizadores, la Conferencia Episcopal Española y el Arzobispado de Tarragona, no ha tardado en levantar polémica y debate

La Iglesia Católica continua con su "Santa Cruzada" particular (abc.es)
Principalmente porque muchos de los "mártires" que esperan recibir beatificación murieron durante la Guerra Civil, conociéndose que en dicho conflicto la Iglesia, y gran parte de sus religiosos, apoyaron el bando nacionalista bajo el eufemismo de "Santa Cruzada". Aquí nace la política: no en el hecho de juzgar las muertes de esas personas, porque en las guerras tan sólo hay víctimas y verdugos, sino en el hecho de declarar "mártires" a aquellos que, casualmente, apoyaron el golpe de estado franquista y la lucha contra un gobierno legitimo y reconocido por el pueblo como era el de la II República. Además de esto, también hay otros aspectos que pueden resultar algo molestos y alimentar el rechazo expresado por algunos sectores de la sociedad, como por ejemplo la lista de invitados de Rouco Varela o que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, asista al acto.

Toda esta cuestión me resulta muy extraña, personalmente hablando. Soy cristiano. Si tomamos el significado de la palabra, podemos comprovar que hace referencia al hecho de seguir a Jesucristo, su doctrina, su testimonio, su camino. La Biblia, guía del ejemplo espiritual para el cristianismo, no habla de la existencia de más beatos que el propio Jesús, y en todo momento deja claro que a él es al único a quien se debe rendir culto. Como puede observarse, esto está muy alejado del evento que está planeando la Iglesia Católica. Un evento al que podríamos tildar de "anticristiano", puesto que está haciendo todo lo contrario y está rindiendo culto a cadáveres, al mismo tiempo que los eleva a la categoría de santos, únicamente reservada para Cristo. 

La beatificación va en contra de Jesucristo y de la memoria del pueblo(libertaddigital.com)













Y además de la contradicción religiosa y ritualista que hay en este acto, y de que Rouco Varela vuelve a comportarse una vez más como el sumo sacerdote fariseo que condenó a Jesús, Caifás, encontramos un gran peso histórico. Es una nueva muestra de que nunca se ha cerrado el capítulo del fascismo en este país y que su espectro continua planeando sobre nosotros. La Guerra Civil fue un capítulo negro de la historia estatal. Fue un acto de crímenes organizados que atentaron contra la sociedad y el pueblo. Y el hecho de que se beatifique a aquellos que en su día mostraron su apoyo al conflicto es mucho más que una falta de respeto o sensibilidad; es la ratificación de que todavía continua apoyándose lo que sucedió. 

Si de alguna cosa estoy seguro es de que Dios no estrá presente en el dogmático ritual que se llevará a cabo el próximo 13 de octubre. Sólo algunos podrán enorgullecerse de lo que pase ese día: la Iglesia Católica, y los herederos de la doctrina franquista. Nada más aparte de ellos.