Bonita historia la que este curioso título nos muestra. Un claro ejemplo de que existe un cine español más allá del sexo y el destape. Merece la pena dedicar los cinco sentidos, lo más agudamente posible, a este film de Cuerda que representa una memoria de la vida de un niño con su profesor de escuela en la España más profunda, la de aquellos pueblos a los que parecía no llegar nada más que el frío del invierno y el calor del verano. Además del franquismo, que también llegó.
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fotograma de la película/kedin.es |
Enmarcada entre los años previos a la guerra civil y el final de ésta, "La lengua de las mariposas" me dejó una gran reflexión. Una reflexión que encamino hacia la transformación que una persona, independientemente de su edad o sexo, puede experimentar cuando prueba el néctar del odio. El cambio tan radical que esta palabra de cuatro letras puede provocar en cualquier mente.
Digo que no importa la edad o el sexo porque en la película de Cuerda es un niño, un pequeño niño, al que obligan a probar el sabor de ese sentimiento tan dañino. El que más, quizás. Un odio que mayoritariamente viene influido por cambios sociales, políticos y económicos. La sociedad lo mama desde la cuna. En el caso del film, el odio se escenifica entre la victoria fascista en España y los últimos reductos rojos que sobreviven a un modelo de gobierno opresor. No hablo de soldados, sino de tristes campesinos que aprendieron un ideal, o maestros de colegio que supieron discernir entre lo correcto y lo incorrecto. Como el odio se desata sobre ellos desde todo tipo de personas, fascistas de verdad y fascistas por obligación.
El niño que protagoniza la película, amigo del profesor de la escuela del pueblo, se ve obligado a ejecutar el odio que la sociedad le reclama sobre su amigo. La película parece mostrar que cuando el odio de la sociedad llama a tu puerta tan sólo dispones de dos opciones: o abres la puerta y lo acomodas tan bien como se te ocurra en tu casa, o resistes hasta que la puerta ceda para luego perder todo cuanto amas y posees.
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Cartel de la película/ movieposterdb.com |
Experimenté una dura reflexión sobre el odio, después de esta película. Me detuve a contemplar el estado actual del mundo, y de la sociedad, y vi que corríamos el mismo peligro que el niño de la película, si es que no hemos caído ya. Por aquí y por allá están surgiendo sentimientos nacionalistas sin ningún tipo de control. Las tensiones entre los territorios crecen. Las naciones se enemistan las unas con las otras. Las sociedades y los pueblos aumentan su odio hacia el exterior. El racismo nunca desapareció y vuelve a cobrar fuerza. La crisis económica y financiera agudiza nuestros sentido más hostiles y malvados. Y todo esto se nos vende como algo normal. Como lo "normal". Tengamos cuidado, como en "La lengua de las mariposas" con las situaciones que experimentamos y tratemos de estar preparados para afrontar cualquier situación. Así podremos evitar que esta "cultura del odio" siga poniendo sus huevos y criando a sus crías. Porque todo, cuanto más imposible parece ser, más cercano está de lo que creemos.