viernes, 25 de abril de 2014

Cómo matar a Will Hunting

La semana pasada se publicó en este blog un comentario/crítica de la famosa obra cinematográfica de Gus Van Sant, "El indomable Will Hunting". En honor a dicho artículo, y tratando de cumplir con el post publicado ayer sobre la necesidad de hacer un seguimiento a los hechos para poder aportar reflexión sobre la información, he visto justificado y conveniente sacrificar la habitual sección de crítica de cine de los viernes por una noticia que requiere mayor presencia. 

De Oriol propone una incongruencia de gran daño social (cadenaser.com)
La noticia en cuestión es la nociva propuesta del Círculo de Empresarios de rebajar el salario mínimo a los jóvenes sin formación. Lo que para el diario La Razón son directamente ni-nis, según pública hoy. Lo que para la propia presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica de Oriol, son personas que "no sirven para nada", según sus declaraciones. 

Esta propuesta implica mucho más que una 'simple' rebaja del salario mínimo. Una más, quiero decir. Para entenderla hay que observarla desde otros puntos de vista y fenómenos paralelos a ella. Por ejemplo, la congelación del salario mínimo interprofesional (para todas las personas) para este 2014, que se quedó en 645,30 euros. También la reducción de las becas universitarias, cuya media se ha reducido en 300 euros. Un proceso de impulso para las elites económicamente poderosas, y la devastación de las clases que más dificultades tienen para acceder a estudios y a un estado de bienestar básico.

Privar el acceso a la formación para después castigar (20minutos.es)
Asesinan a Will Hunting. El cerebro es prescindible. El talonario no. No puede pretenderse reactivar una economía basada en personas (en trabajadores), retirándoles el apoyo a los sectores que más lo necesitan e infravalorándolos como si no fuese "nada", tal como de Oriol afirma. Se olvidan de aquel joven tan inteligente llamado Will Hunting, que sin dinero ni ayuda de ningún tipo se basta de sus capacidades intelectuales para darse a conocer y optar al derecho a una educación universal para todos, no basada en cuanto pesa la billetera de cada uno. 

Ya no vale decir que el que no estudia y se forma es porque no quiere. No. Ahora, realmente, es cuestión de poder hacerlo. Quedamos a la merced de ese juez tan injusto y parcial al que llamamos dinero, y observamos como se pretende retirar el apoyo a la formación de las personas y luego castigarlas porque no se han formado. ¿Verdad que no tiene sentido? Hay quien busca encontrar justificación en esto. Y lo más peligroso y extraño es que parecen conseguirlo.

jueves, 24 de abril de 2014

Refritos

"En la carrera en que andan los periodistas debe haber un minuto de silencio para reflexionar sobre la enorme responsabilidad que tienen". No encuentro mejor manera de comenzar un artículo que habla sobre otros artículos de prensa que a través de este cita del gran periodista y escritor Gabriel García Márquez, escrita en 1989 para Semana, periódico de su Colombia natal. Y es que es en las limitaciones de la simple narración, cuando se explican los hechos sin reflexionar sobre ellos, cuando el periodismo muere y desaparece. Una narración que, aunque reducida en tamaño a causa de la nueva corriente de auge de la inmediatez, se sufre en el gran volumen de noticias que llegan a moverse cada minuto.

Bertone reluce su opulencia (abc.es)
Dos noticias de esta semana. La primera está relacionada con el Vaticano. Su camarlengo, Tarcisio Bertone, ha decidido unificar su apartamento con otro por tal de que ambos formen un ático de lujo de de setecientos metros cuadrados. Si la exministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, levantase la cabeza... No es necesario observar la situación social y el entorno que rodea a las instituciones (también al Vaticano) para sacar una conclusión de la decisión tomada por el cardenal. Ahora bien, lo que verdaderamente me preocupa es el seguimiento que se hará de esta noticia. No saber, sencillamente, si a Francisco le ha molestado la actitud de su más cercano secuaz, sino saber si le sancionará de alguna manera o finalmente le permitirá construirse semejante barbaridad. 

Segunda noticia. El efecto post-Snowden. Estados Unidos ante la debacle de su misterioso imperio del espionaje por unas filtraciones de un simple exempleado de la CIA. Alemania y Francia manifiestan su molestia y ejercen presión sobre Obama. Rousseff reclama una mayor transparencia y protección de la privacidad desde la NET Mundial, en Brasil. Y hoy Estados Unidos da un paso adelante en la creación de barreras digitales para limitar el libre acceso a la información y los datos de la red. Un nuevo sesgo entre las dos clases principales sobre la faz de la tierra: las que pueden pagar y las que no. Tan sencillo como un coche de lujo; si lo puedes pagar, lo tienes. Si no, no. Hoy se presenta esta noticia pero habrá que ver de qué manera avanza y cómo lo transmite la prensa. O si, por el contrario, se queda en una amenaza que el olvido crónico de la sociedad, el paso de los días e indigeribles pilas de noticias acabarán enterrando.
USA quiere convertir Internet en tierra de ricos (globedia.com)

Para añadir reflexión al ejercicio de transmitir hechos noticiables, que es lo que demandaba García Márquez con la cita del inicio de este artículo, es necesaria la existencia y la presencia de un seguimiento constante y ordenado. Hablar sobre un hecho, un día, y luego no rescatarlo jamás, o hacerlo al cabo de un tiempo lo suficientemente extenso como para haberlo olvidado, no permite crear terreno para la reflexión que necesita toda información.  El exdirector del diario El Mundo, Pedro J. Ramírez, ha sido entrevistado esta mañana en Els Matins, de TV3. En una de las preguntas sobre la relación entre periodismo e investigación ha afirmado que "periodismo e investigación es una redundancia". Un punto de vista completamente torcido al que se enseña en las facultades de comunicación y que defienden grandes periodistas como el citado al principio. Una muestra del sistema informativo que se ha establecido en este país y en todo el mundo; un sistema de venta al por mayor y de descuido hacia los pequeños detalles, las responsabilidades y el tan necesario seguimiento de los hechos.

 El valor reflexivo es una de las responsabilidades básicas del periodista y cuando éste se ve abarrotado por la avalancha de información que se recibe cada día, es algo esencial seguir el consejo del maestro de Aracataca y detenerse en el camino para reflexionar sobre las responsabilidades que conlleva cada pieza publicada, no aislándola del resto de hechos. Tanto sobre nosotros, los periodista, como sobre los que han de leerlas.

viernes, 11 de abril de 2014

"El indomable Will Hunting" de Gus Van Sant

Miguel de Unamuno decía que "un pedante es un estúpido adulterado por el estudio". Sin la necesidad de añadir nada más a la brillante definición del sabio bilbaíno, se debe partir de la base de que "El indomable Will Hunting" ofrece un pequeño y personal ensayo sobre la pedantería. Un grano de arena añadido a la lucha contra ella y la definición exacta de su concepto, que tantos males académicos ha llegado a producir.
Cartel del film (imdb.com)

Van Sant organiza una historia juvenil y muy subjetiva, concentrándose en una mente más que maravillosa, y la enlaza con la vorágine de la aristocracia del mundo universitario, donde no hay lugar para cerebros buenos y cabezas pensantes, sino que tan sólo se es permitido el paso a la excelencia. 

La eterna lucha de clases representada sin pudor ni objetividad alguna. El rico y poderoso que sabe porque puede pagar por estudiar, contra el pobre y mediocre que sabe mucho más por motivos que nunca podrán llegar a conocerse (combinados con una pasión indescriptible por la lectura de todo tipo de materiales). Una realidad que no le pertenece tan sólo a américa sino que, al contrario que su sanidad, es universal. La guerra entre el conocimiento relacionado con el poder económico y la inteligencia nata que aparece donde menos pueda esperarse, se ha trasladado ya a todos los centros universitarios. 

Fotograma de la película (reverseshot.com)

El conocimineto implica miedos. La historia de Van Sant tampoco pierde detalle a la hora de mostrarnos esa cara amarga de la sabiduría. Ya lo mostró el rey Salomón en el libro de Eclesiastés, cuando afirmaba que todo es "vanidad de vanidades". Un joven que de la noche a la mañana despierta su amplia capacidad intelectual al mundo, y lo hace de la manera más humilde y discreta posible, es el reflejo de lo caprichosa que llega a ser la sabiduría y la falta de lealtad que muestra en temas que escapan al estudio y el conocimiento de las cosas

 Con Will Hunting no comprendemos qué es la pedantería, porque muchos estudiosos como el citado al principio de este artículo ya nos advirtieron. Lo que se consigue es una prueba más moderna y adaptada de que verdaderamente no es necesario un título de ninguna clase para ser sabio ni tampoco persona. Que el hecho de estudiar no da derecho a elevarse a uno mismo por encima de los demás en una nube imaginaria que nadie más pueda ver ni comprender. Que antes que nada, la sabiduría debe implicar ser persona. 







jueves, 10 de abril de 2014

Ensayo sobre la pedantería

Supongamos que conocemos al señor X. Un día, mientras disfrutamos de un tranquilo paseo por el parque o el paseo central de la ciudad, nos lo encontramos y comenzamos a hablar de literatura periodística, por ejemplo. "Ahí ando, leyendo a Günter Wallraff", comentamos con inocencia. "¡Hombre!", exclama el señor X con arrogancia. "Me parece interesante el tratamiento que hace de la inmigración en Alemania, aunque no comulgo con sus ideas", prosigue. "¿Por qué?", preguntamos nosotros como cualquier ser humano que desea indagar en la razón de las cosas. "Porque no puedo ver a los turcos". Ante el impacto de la respuesta respondemos: "¿Te has leído el libro?". "No, pero un primo lejano de un amigo se lo leyó y me comentó algunas partes", comenta el señor X convencidísimo de lo que está diciendo. 

La pedantería es un hábito incoherente (edoctum.blogspot.com)
La señorita X es afable y simpática. Pero cuando defiende sus ideales es pedante en extremo. También la conocemos. Un día la encontramos subiendo la escalera. Sin saber cómo, nos encontramos en una conversación con ella sobre grandes cineastas, por ejemplo. "Me encantan Dziga Vertov y David Lynch. Son mi auténtica debilidad", comenta socarronamente. "¿Qué opinas de la manera tan fina que tiene de vincular cine y comunismo?", pregunta de forma sinuosa. "Que no me gusta porque lo considero excesivamente politizado pese a ser un vanguardista de la época", respondemos con sinceridad. "Bueno, ¿entonces qué te gusta?", arremete la señorita X. "Eisenstein", respondemos, de nuevo, con sinceridad. "¿Cine alemán de la época? Eres un nazi", y la señorita X desaparece llevando consigo su juicio con el que nos catalogará para el resto de los días de su existencia. 

El señor y la señorita X están tomando un café delante de casa. Aparecemos y nos sentamos junto a ellos. El uno mirándonos como un experto en Wallraff y turcos. La otra, dibujándonos una esvástica imaginaria en un brazalete alrededor del húmero. Saludamos y nos limitamos a escuchar. Primero hablan de su equipo deportivo favorito. "Todo lo hacen para su contra y para favorecer a los rivales. Es una conspiración clarísima". Uno habla y la otra asiente, o viceversa. Ahora hablan de religión, creencias o fe. Quién sabe. "Es arriesgado que la gente considere un libro como perfecto", dice una. "Yo respeto a todos pero ¿cómo se puede ser tan ingenuo para creer en algo así?". Ríen de manera sarcástica. Ahora toca política. "El 'politicucho' este que han imputado seguro que es corrupto". "Ya se le ve en la cara". Acaban de cacarear y nos miran. "¿Es que no vas a opinar nada?", me interpelan. "¿Vistéis el partido?", preguntamos. "No", responden al unísono. "¿Habéis leído ese libro que es la base de la fe de las personas a las que juzgáis?". "Algunas partes, hace muchos años". "¿Conocéis el caso por el que han imputado a esa persona?" "Hmmm....por un hospital de no se qué...". Nos acabamos el café de un trago y nos marchamos sin despedirnos.

Aguirre nos ha dejado mucos ejemplos de cómo ser pedante (eldiario.es)
La ex-presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, provoca un altercado con su coche (4x4). Derriba la moto de uno de los agentes de movilidad de la capital después de recibir una multa por aparcar en un carril de buses. De entre el mar de declaraciones que realizó durante los siguientes días pueden rescatarse dos: "Los agentes de movilidad eran bastante machistas" y "Querían mi foto para Al Jazeera o New York Times". Un ejercicio de pedantería por antonomasia. Unamuno decía que "un pedante es un estúpido adulterado por el estudio".

Se nos da bien esto de la pedantería. Especialmente a 'los de arriba', que todo creen conocerlo cuando en realidad no demuestran nada, y la clave del conocimiento es la práctica. Saber y no poner en práctica es ser el mayor desconocedor. A todos nos afecta. Nadie nos libramos. Somos pedantes de nacimiento y de campeonato. Olvidamos que la pedantería no esconde más que ignorancia, arrogancia y soberbia. Admitámoslo: somos pedantes. Y nos gusta. Nos regodeamos en ello, como cerdos en el barro.

jueves, 3 de abril de 2014

Bienvenida la maldad

Sara M. lleva trabajando más de diez años en Guinea Ecuatorial. Su oficio consiste en realizar labores de ayuda humanitaria, como la construcción de escuelas para niños o la ayuda médica a los enfermos. Es  misionera. Hace prácticamente medio año, publicó un "post" en facebook con el que pedía ayuda económica para reparar unas letrinas que servían de inodoro a la población en la que estaba trabajando. El dinero acabó llegando a la misión y pudieron reparar los improvisados lavabos para que todo volviese a la 'normalidad'

Obiang y su esposa en el funeral de Suárez (actualidades.es)
Muere el que fue primer presidente de la 'democracia' en España, Adolfo Suárez. Entierro por todo lo alto. Lejos de las predilecciones que he escuchado sobre el ya difunto ex-presidente. Aparece el presidente del país donde trabaja Sara, Guinea Ecuatorial. No es un presidente cualquiera, sino que es un auténtico dictador. Como los que ya no quedan en el mundo o se esconden tras la corbata y el maletín de las falsas democracias. Su nombre es Teodoro Obiang

El diputado en el Parlament de Cataluña por las CUP, David Fernández, da una conferencia en una de las aulas de la Universidad Rovira i Virgili. De una manera informal, no asociada a la tradicional forma de explicar los hechos que tienen los políticos, nos pregunta a todos los oyentes por qué la Interpol no ha aprovechado la ocasión para detener al dictador ecuato-guineano. El público ríe de manera ingenua. El interlocutor no. Está hablando en serio. 

Todoro Obiang está acusado por diversas organizaciones internacionales de reprimir cualquier atisbo de oposición con torturas e incluso la muerte. Además, la apropiación y el despilfarro de todos los recursos por parte de la aristocracia ecuato-guineana dejan a una población  sumida, en su amplia mayoría, en la pobreza y la falta de cobertura de las necesidades más elementales. Actos, sin lugar a duda, merecederos de ser tratados con el adjetivo 'criminal', por delante o por detrás. 
España no ha hecho nada por evitar la dictadura guineana (diariosur.es)

Pero en España alfombra roja y disimulo. El presidente, el rey o cualquier miembro de sus cúpulas envenenadas deciden, por ejemplo, no hacerse una foto con Obiang. Sacan pecho demostrando su lucha contra la vulneración de los derechos y libertades humanas. En cambio, una vez acabado el funeral, se agachan y susurran al oído del dictador: "ya quedaremos una noche para cenar". Y cuando ven que la comunidad internacional (porque a la nacional ya no le hacen ni caso) se les tira encima, entonces rectifican y deciden no acudir a la cena. Se enorgullecen por la valentía mostrada ante un tirano. Pero no se dan cuenta que ellos mismo han provocado todo esto. Ellos mismos han permitido que el dictador acuda al funeral. Han permitido que el dictador manipule a su antojo la antigua colonia española. Han permitido que estas amistades tan peligrosas cobren fuerza y se forgen hasta el grado de resultar irrompibles. Se han juntado todos los de la misma calaña.