jueves, 17 de octubre de 2013

¿De qué quiero hablar al mundo?

Preguntas de este tipo comienzan a encontrar cada vez menos respuestas entre estudiantes de comunicación y periodismo. En mi caso, no es diferente. Tras tres años de carrera, y afrontando el último curso antes de recibir el graduado (equivalente a la antigua licenciatura) el mercado se me antoja cada vez más autoritario, e impone sus ideas de una manera voraz. El sistema de medios de comunicación es habanico de una sola cara y, pese a la cantidad de empresas que lo forman, es uno el punto de vista que se adopta. 

Por supuesto, no hablo de pluralismo político. De eso doy fe que hay en los medios de comunicación españoles. Aunque más bien, ese pluralismo se ha convertido en una guerra entre la derecha y la izquierda mediáticas, con un toque extremadamente maniqueísta: los medios de izquierda defienden a la izquierda capa y espada, y los derechos hacen lo mismo con su posición política. La cantidad de dogmas políticos que aceptan con total sumisión los medios de comunicación, y que luego transmiten a las audiencias, es tal que el discurso informativo se convierte en un descarado y molesto síntoma de politización. 

En las noticias que se publican, aparece cada vez más el espectro de la huella econcómica y su poder, que todo parece manejarlo a su antojo. Los discursos se vuelven completamente ilógicos y demagogos, y las noticias no rebelan muchos aspectos relevantes del día a día de la sociedad. Por ejemplo, el otro día escuché la noticia de que el desfile de las Fuerzas Armadas del 12 de octubre había costado 823.000€. En el informativo del canal 24 horas, de Televisión Española, lo catalogaron como "desfile austero". O también la noticia de que el representante de CiU en el Congreso, Duran i Lleida, advertía a Rajoy sobre los riesgos de una declaración unilateral de independencia si este no actúa, con la que las cadenas de televisión abrieron ayer su informativo del mediodía. Incluso un videojuego para teléfonos móviles ha sido convertido en noticia, antes que otros hechos que afectan más a la sociedad.

Las caras de los presentadores y las presentadoras se cambian por otras más bonitas. El goteo de noticias sigue cayendo sobre los espectadores sin que estos puedan hacer mucho más que cerrar sus periódicos o apagar sus televisiones o sus radios. Una frase pronunciada por un político sigue teniendo más peso que la situación de la Guerra Civil en Siria, de la cual hace días que no conocemos noticia alguna. Un desfile, más que innecesario, de casi un millón de euros continua considerándose austero. Que cuarenta millones de personas se hayan enganchado a un juego del móvil es más importante que saber cuántas personas se han inscrito hoy en el paro. 

Ahora que puedo ver el final de la carrera, el camino emprendido hace cuatro años, no puedo dejar de preguntarme si esto es realmente lo que quiero. Si concuerda, o no, con las primeras ideas con las que comencé a caminar en el mundo del periodismo y la comunicación. Ideas de hablar y dar a conocer al mundo la verdad y nada más que la verdad. Si es lo que el mundo merece, o no. Supongo que era joven y que en los medios de comunicación profesionales no hay espacio para ese tipo de juventud. Supongo que debo decidir por que camino andar: si por el del mundo profesional enrolado al mercado y a sus voluntades, o si en el mundo de la creación libre y de la gestión de los contenidos por y para las personas. El problema que para un mundo sí hay recursos y manos que quieran escribir. Para el otro no dudo que no las haya, pero quizá no las suficientes.

jueves, 10 de octubre de 2013

¿Beatos por quién?

La primera acepción del concepto de beatificar, según la Real Academia Española, es la de declarar que un difunto, cuyas virtudes han sido previamente certificadas, puede ser honrado con culto, propiamente descrita así por el papado. El próximo domingo, 13 de octubre, está previsto celebrarse en el complejo de la Universidad Laboral  de Tarragona una multitudinaria beatificación de más de quinientas personas, consideradas como "mártires". El acto, que contará con el completo apoyo de la Iglesia Católica desde el Vaticano hasta sus organizadores, la Conferencia Episcopal Española y el Arzobispado de Tarragona, no ha tardado en levantar polémica y debate

La Iglesia Católica continua con su "Santa Cruzada" particular (abc.es)
Principalmente porque muchos de los "mártires" que esperan recibir beatificación murieron durante la Guerra Civil, conociéndose que en dicho conflicto la Iglesia, y gran parte de sus religiosos, apoyaron el bando nacionalista bajo el eufemismo de "Santa Cruzada". Aquí nace la política: no en el hecho de juzgar las muertes de esas personas, porque en las guerras tan sólo hay víctimas y verdugos, sino en el hecho de declarar "mártires" a aquellos que, casualmente, apoyaron el golpe de estado franquista y la lucha contra un gobierno legitimo y reconocido por el pueblo como era el de la II República. Además de esto, también hay otros aspectos que pueden resultar algo molestos y alimentar el rechazo expresado por algunos sectores de la sociedad, como por ejemplo la lista de invitados de Rouco Varela o que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, asista al acto.

Toda esta cuestión me resulta muy extraña, personalmente hablando. Soy cristiano. Si tomamos el significado de la palabra, podemos comprovar que hace referencia al hecho de seguir a Jesucristo, su doctrina, su testimonio, su camino. La Biblia, guía del ejemplo espiritual para el cristianismo, no habla de la existencia de más beatos que el propio Jesús, y en todo momento deja claro que a él es al único a quien se debe rendir culto. Como puede observarse, esto está muy alejado del evento que está planeando la Iglesia Católica. Un evento al que podríamos tildar de "anticristiano", puesto que está haciendo todo lo contrario y está rindiendo culto a cadáveres, al mismo tiempo que los eleva a la categoría de santos, únicamente reservada para Cristo. 

La beatificación va en contra de Jesucristo y de la memoria del pueblo(libertaddigital.com)













Y además de la contradicción religiosa y ritualista que hay en este acto, y de que Rouco Varela vuelve a comportarse una vez más como el sumo sacerdote fariseo que condenó a Jesús, Caifás, encontramos un gran peso histórico. Es una nueva muestra de que nunca se ha cerrado el capítulo del fascismo en este país y que su espectro continua planeando sobre nosotros. La Guerra Civil fue un capítulo negro de la historia estatal. Fue un acto de crímenes organizados que atentaron contra la sociedad y el pueblo. Y el hecho de que se beatifique a aquellos que en su día mostraron su apoyo al conflicto es mucho más que una falta de respeto o sensibilidad; es la ratificación de que todavía continua apoyándose lo que sucedió. 

Si de alguna cosa estoy seguro es de que Dios no estrá presente en el dogmático ritual que se llevará a cabo el próximo 13 de octubre. Sólo algunos podrán enorgullecerse de lo que pase ese día: la Iglesia Católica, y los herederos de la doctrina franquista. Nada más aparte de ellos. 

viernes, 4 de octubre de 2013

"Un paseo para recordar" de Adam Shankman

El amor es algo que está contaminado. Muchas veces lo observo, a través de películas, historias literarias, testimonios reales de personas,etc., y me doy cuenta que nos hemos encargado de pervertirlo, en cierto modo. No pretendo juzgar. Así que, por favor, que no se me mal interprete. Hablo del amor construido por Hollywood y muchos de sus tópicos, a los que suele llamar películas. Hablo del sexo, que muchas veces se confunde con amar. Hablo de todos esos tradicionalismos y convencionalismos que han ensuciado la brillantez del concepto de amor.

Cartel de la película (decine21.com)
El amor no es que dos personas que se pasan odiándose durante dos horas en una pantalla, luego se besen, en un momento determinado, y queden tan felices como las perdices. Tampoco es la clásica imagen de una pareja en la cama, o el flechazo de una persona al ver la belleza de otra. No puede ser nada de eso. Quizás, algunos de estos aspectos puedan incluirse dentro del amor, pero jamás definirlo.

En la película "Un paseo para recordar", dirigida por Adam Shankman y basada en la novela de Nicholas Sparks, encuentro algo diferente de todo ello. De hecho, es la mejor película de amor, que no es lo mismo que romántica, que he visto. Rehuye del atontamiento y la idiotez que muestran las típicas películas románticas, donde el amor es banalizado y estereotipado de una manera estúpida. En esta historia de amor, de verdadero amor, se dejan de banda todos los idealismo y se muestra por completo la acción restauradora de este concepto al que solemos asociar con el hecho de 'querer a alguien'. 

Fotograma del film (sensacine.com)
El amor, en su forma auténtica, restaura a las personas. Es como un manantial del agua más fresca jamás vista, después de haber caminado atravesando un desierto durante mucho tiempo. Alguien que ama no puede quedar igual que antes, sino que experimenta cierto grado de transformación en sí mismo. El amor es capaz de vencer ese egoísmo propio que a todos nos acompaña y que no nos permite ver más allá de la punta de nuestros zapatos. El amor te lleva a la empatía; a conseguir ver y comprender lo que siente la otra persona y calmar su llanto o alimentar su felicidad. El amor vence siempre, incluso a las puertas de la muerte del sufrimiento más exagerado o de su peor enemigo, el odio. Es como el viento y su soplido; invisible pero siempre constante y presente.Amar es entregar,sacrificar, vencer.


El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, 
el amor no es jactancioso, no se envanece;
no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
no se goza goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser.

1º Corintios 13: 4-8




 

jueves, 3 de octubre de 2013

No puede ser real

Definitivamente este mundo no puede ser real. O al menos el sistema que lo dirige. Tras conocer la justa, más que buena, noticia de la detención de la cúpula del partido neonazi griego 'Amanecer Dorado', acusada de blanqueo de capitales para financiar el partido y también del asesinato del activista y cantante de hip hop Pavlos Fyssas, en España todavía se está estudiando la ilegalización de la formación ultranacionalista Alianza Nacional

La ultraderecha no ha cambiado sus tácticas (alertadigital.com)
Yo me pregunto ¿qué es necesario estudiar? Los antecedentes históricos, hechos vividos en la actualidad, el conocimiento que existe soobre este tipo de ideologías y los riesgos que conllevan su permisión, etc. No creo que sea momento de pararse a estudiar qué tipos de acciones deben llevarse a cabo contra las amenazas que suponen la existencia reconocida de partidos fascistas y ultraderechistas. Más bien, se debería actuar como en el caso de 'Amanecer Dorado', con frialdad. 

Siempre, o casi siempre, se habla de las grandes dictaduras europeas como épocas negras en la historia de la humanidad y se catalogan sus hechos como crímenes contra el ser humano. Las universidades están repletas de mentes cuyas ideas sobre las dictaduras del pasado siglo son completamente contrarias a cualquier ápice de favoritismo respecto a estos movimientos. Sin embargo, el eco de que se permita en un colegio público una exposición de simbologías franquista y nazi no llega ni a la suela de los zapatos, en los medios de comunicación,  de la noticia de nuestro recién operado rey.

Tomando una referencia bíblica sobre el tema, Jesucristo advirtió que cualquier pecado sería perdonado a excepción de la blasfemia contra el Espíritu Santo. Bien, pues permitiendo que el neo-franquismo, nazismo, ultraderechismo, etc., naveguen en la misma legalidad que el resto de grupos políticos se está cometiendo una blasfemia contra la democracia, dado que se están aceptando en el sistema fuerzas completamente antagónicas a él, antidemocráticas. 
El riesgo de estos partidos supera la fortaleza de la democracia (público.es)

Es una realidad que no puede ser. No se puede permitir. En ocasiones me pregunto a mí mismo ¿qué ocurriría si alguno de estos partidos acaparase a las masas y alcanzase al poder? ¿Se volvería a repetir la hazaña hitleriana? La democracia ya está bastante castigada con aquellos partidos que dicen ser liberales y democráticos como para sumar riesgos tan graves e innecesarios como los que suponen las amenazas de las fuerzas ultraderechistas. Es algo que no requiere estudio, tan sólo algo de cordura.

viernes, 20 de septiembre de 2013

"El viento que agita la cebada" de Ken Loach

Esta es una de esas películas que cumplen con las expectativas que hallas podido crear previamente sobre ella. Una historia que da paso a una mezcla, más que interesante, de puntos de vista, emociones y sentimientos. Apta para todos los públicos y muy recomendable para los panirlandeses, "El viento que agita la cebada" nos reporta a la convulsa época de la guerra civil de Irlanda, después de que hubiese división entre los irlandeses a causa del tratado angloirlandés, el cual enfrentaba a partidarios de continuar bajo el gobierno del Reino Unido, y partidarios de la independencia de la nación. 
Fotograma de la película (filmaffinity.com)

Los irlandeses, unidos contra la ocupación británica de la isla, se bifurcan en dos posturas claramente enfrentades que acaban desembocando en el derramamiento de sangre. Este enfoque se muestra muy bien en la trama de la historia, a través de dos de los personajes principales; dos hermanos que acaban luchando el uno contra el otro por causa de sus ideales, ignorando que la sangre que corre por sus venas es la misma. 

Hay un claro lugar para el amor en esta historia. Se expresa, ante todo, en el sentimiento patriótico y el inicial amor entre los hermanos rebeldes que luchan por un mismo fin. Pero junto con el amor, aparece también el odio, visible en la toma de las armas y la sangre derramada en el suelo. 

Fotograma de la película (blogdecine.com)
Un episodio que me lleva a reflexionar sobre hasta dónde estaban aquellos hombres y mujeres de la época dispuestos a llegar por conseguir su objetivo patriótico de la independencia. Una idea que, en ocasiones, quiero y puedo relacionar con ciertas tensiones actuales. Una pregunta que se repite constantemente en mi mente. ¿Hasta dónde está dispuesta Cataluña a llegar por la independencia? ¿Hasta dónde está dispuesta España a llegar para evitarlo?

Las respuestas que pueden surgir en mí a estas cuestiones no dejan de asustarme y, vencido, trato de hacer hincapié en la idea del mutuo respeto y el amor. Del libre ejercicio de la democracia, sin ningún atisbo de violencia, y con la firme esperanza en que la voz del pueblo decidirá lo mejor. El problema es que, tal y como muestra la película, el ser humano es capaz de cualquier cosa cuando en su ideología se incrusta la idea del "enemigo" y fija su objetivo en el prójimo. 
Debe tenerse cuidado y pelera, únicamente, porque las balas nunca agujereen el poco sentimiento de hermandad que pueda quedar en nuestros corazones.






jueves, 19 de septiembre de 2013

Sin tierra a la vista

 Pese a la incombustible, tanto como desacertada, bola de cristal del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien se atrevió a afirmar que al término del presente año, 2013, finalizaría la recesión económica, la realidad es otra muy diferente de la que pueda observarse desde las paredes de cristal con las que parecen  ver el mundo el ministro y su partido. 

Se preveen 20 millones de pobres en 2025 (infocatólica.com)
Noticia triste es la que se ha recibido de parte de la oenegé Intermón Oxfam. Tal como profetiza la organización, de aquí a once años, es decir en 2025, el 42% de la población española estaría considerada entre los márgenes de la pobreza. Casi la mitad de los españoles podrían perder su nivel básico de bienestar y se verían incapacitados para cubrir sus necesidades básicas. Lo más curioso de todo, si es que se le puede llamar así, es que el sector más rico de la población llegaría a ingresar cantidades que superarían en dieciocho los ingresos del sector más pobre

Como vemos, un camino firme hacia la separación, por completo, de las clases alta y baja, y la aniquilación total de la clase media. Y todo ello produciéndose, poco a poco, paralelamente a hechos que nos están costando tanto esfuerzo como los Juegos Olímpicos, la independencia, Eurovegas, Gibraltar, etc.. Hechos con los que las autoridades disimulan esa tendencia que con tanta naturalidad está asumiendo la situación económica y que avanza, lenta pero implacablemente hacia la situación que nos narra Intermón Oxfam y que no está para nada lejos. Hechos que ni siquiera pueden catalogarse de pan para hoy y hambre para mañana. 

La diferencia de clases será un abismo propio de la era medieval (elperiódico.com)
Estamos permitiendo a la austeridad que cave nuestras propias tumbas. Incluso viendo la cercanía de predicciones que, como ésta, deberían ser causa de terror, ni siquiera nos inmutamos. Recuerdo que el otro día comentaba con un compañero: "Comenzamos a ser el recuerdo de la clase media". Por el momento podemos aferrarnos a ese recuerdo que somos de lo que fue dicha clase, pero está claro que la situación no avanza por una dirección que nos permita mantener este recortado nivel de vida durante mucho tiempo más. 
Es por eso que creo que deberíamos correr el riesgo de salir a la calle, pese a que a algunos les parezca un mero hecho político, y atrevernos a perder, si es necesario, lo poco que nos queda por defender.




viernes, 13 de septiembre de 2013

Carta a un fascista

Desconocido,

todos somos portadores de una serie de ideales y creencias que en ocasiones coinciden, y en otras no. Lo bello, lo verdaderamente maravilloso de una sociedad son las posibilidades que tienen los habitantes de ésta de convivir, por encima de toda diferencia, reusando la reunificación de ideas y pensamientos a la fuerza.

Es una acto de belleza intelectual el hecho de poder sentir y degustar los principios de una ideología o creencia, con todos los valores que ello conlleve, desde una perspectiva íntima y personal. Sin pretender alzar la voz por encima de otras, sin acudir jamás a la reacción violenta y sin anclar la ideas en la visión del dominio y del control absolutos.

Para que todo esto sea posible, es necesario acompañarse de una mirada concreta y característica: el amor. Cuando acompañamos nuestras ideas o creencias con el amor seguimos manteniéndonos igual de firmes en ellas, con la diferencia que borramos de nuestro interior esa estúpida percepción que nos hace pensar que el resto del mundo está equivocado menos nosotros. En cambio, cuando falta en nuestros puntos de vista el amor, suceden ejemplos como el del pasado día 11 de septiembre, en la sede de la Generalitat de Catalunya en Madrid.

Ejemplos que me entristecen mucho porque nos hacen retroceder en el tiempo a los años más pobres y perros de la historia, en los que por un ideal se arrebataban vidas y mucho más. No hablo de qué ideas son correctas y cuáles no lo son. Eso es un ámbito demasiado general para que un individuo subjetivo como yo pueda juzgarlo. Siempre dependerá de las consideraciones subjetivas e individuales de cada uno. Pero lo que sobrepasa la línea de la subjetividad son esos actos violentos e impositores, que castigan a todo aquél que en sus consideraciones internas no ha ido a parar al mismo puerto ideológico que tú.

Tan sólo te reclamo, a través de estas líneas, una reconsideración no de tus ideales, sino de la manera en que decides expresarlos y activarlos. Te ruego que te replantees la ideología que con tanto derecho abrazas, con el mismo que yo siento la mía, desde la mirada del amor; y que así trates de ver que, de la manera en la que tú llegaste a la posición ideológica en la que te encuentras, yo llegué a otra. Sin más. Con el mismo derecho, el mismo ímpetu, la misma fuerza y las mismas capacidades.

Te animo desconocido a comprender que esto no es una carrera en la que se apuestan las ideas para ver cuál de ellas logra llegar más lejos que el resto y así controlarlas a todas. No. Precisamente es todo lo contrario. Te animo a que comprendas que en este jardín, todos los árboles son dignos y merecedores de sus raíces, y que nadie puede, ni debería poder, apropiarse de ellas. En eso consiste la diversidad. En que aún desde diferentes puertos, árboles o puntos de vista (llámalo como quieras), pueda construirse un mar navegable para todos, un jardín en el que las diferentes especies convivan con respeto y paz, sin interrumpir mutuamente sus crecimientos, y un pluralismo ideológico que considere todas y cada una de las ideas con la misma objetividad, dejando cualquier reacción violenta y espíritu de imposición a un lado.