jueves, 26 de marzo de 2015

El niño amarillo nunca se fue

En todas las facultades de periodismo se dedica un capítulo especial a explicar el fenómeno Yellow Kid, dentro de la historia de los orígenes de la prensa moderna. Este personaje pueril y vestido siempre de amarillo, perteneciente a la tira de cómic Hogan's Alley que apareció primero en la revista Truth y después en los archirrivales New York Journal (William Randoplh Hearst) y New York World (Joseph Pullitzer), siempre andaba metido en las peleas y enfrentamientos del callejón de al lado de su casa, utilizando un lenguaje muy peculiar y, por lo general, mostrando la típica vida de un barrio metropolitano en los Estados Unidos de finales del siglo XIX (1894-1898). En términos periodísticos, se le conoce como el padre del sensacionalismo. De ahí su especial relevancia a la hora de estudiarlo. 

Portada de El País 25-3-2015  (kiosko.net)
El legado que deja Yellow Kid consiste básicamente en focalizar la atención en aquellas noticias consideradas como 'sucesos' y que muestran siempre una temática alrededor de la muerte, el secuestro, el asesinato, las catástrofes naturales, etc. Todo ello intentando dotar al discurso informativo con un marcado tono emocional, que pone el acento en las reacciones que las personas muestran al sufrimiento.En otras palabras, sensacionalismo.

Estos últimos días, con el trágico accidente de avión en los Alpes franceses, ha podido observarse en muchos medios de comunicación una clase magistral de como hacer Yellow Kid, o sensacionalismo. Por supuesto que hay muchos profesionales rigurosos y serios trabajando en la investigación de los hechos por tal de hacer llegar toda la información a la ciudadanía. Pero también han vuelto a aparecer los titulares que recuerdan a nombres de películas de domingo por la tarde, y las portadas que buscan la lágrima fácil y el impacto del público a través de imágenes de los familiares de las víctimas.

Portada de El Mundo 26-3-2015 (kiosko.net)
Las redes sociales se han llenado de mensajes de muchos profesionales del periodismo que reclaman la necesidad de reconsiderar hasta qué punto es necesario mostrar el dolor en la pantalla de la televisión, en el papel o bien a través de las ondas radiofónicas. Después de tragedias como la ocurrida en los Alpes toca analizar de qué manera los medios de comunicación espectacularizan el sufrimiento de las personas y lo banalizan con la única consideración de obtener más audiencia. Se ha educado al público en la costumbre de unas informaciones morbosas y que parecen no tener límite a la hora de inmiscuirse en el ámbito íntimo y personal, por eso la empresa que consiga reunir las imágenes más impactantes será la que obtenga mayor audiencia. 

Esto no tiene que ver nada con el periodismo, ni con la voluntad y el arte de informar. Por el contrario, es grotesco fijar la cámara delante de un rostro desconsolado y que no puede reprimirse en esa situación. O publicar las fotografías y los nombres de las víctimas que iban en el avión. Es necesario preguntarse qué valor aporta a la información esos datos. Si es nulo, ¿entonces por qué publicarlo? El legado de Yellow Kid es una imposición que se ajusta básicamente a parámetros económicos, es decir, a ver qué empresa se lleva la mayor audiencia y todo lo que ello comporta (publicidad, visitas en la web, mejor posicionamiento, etc.). No hay nada de periodismo en ello. Desde el sector periodístico y de los medios de comunicación, por lo tanto, es necesario reflexionar hasta qué punto el sensacionalismo impone sus intereses sobre la buena información, y cómo en este clima de tiranía económica es posible combatir con la idea de que la noticia, sin 'carne', sabe a poco.

jueves, 5 de marzo de 2015

Otra manera de caminar


 
Lat y su familia son del norte de Tailandia, un territorio rural en su esencia y que está considerado como la zona más pobre del país. La escolarización de los niños allí representa un reto para muchas familias a causa de la falta de recursos económicos, que en ocasiones no alcanza ni a cubrir las necesidades más básicas



Lat con sus cinco hijos en el hogar (foto:WWL)
Las chicas y a los chicos de la comunidad, casi siempre con el beneplácito de sus parientes, no encuentran otra salida que emigrar a los distritos ‘Red Light’ de la capital, Bangkok, o de otros de los puntos neurálgicos del turismo nacional, como Patthaya. Allí, los jóvenes y niños son traficados y forzados a prostituirse a cambio de promesas que triplican la cantidad de dinero que se puede ganar en otros oficios convencionales. Algo que, de cara al envío de recursos a sus hogares, cuesta mucho rechazar, tal y como le sucedió a Lat.  

La historia de Sophia Loibl es similar a la de Lat, pero con una diferencia: a Sophia la vendió su propia madre cuando tenía 3 años, y durante veintidós años vivió encerrada en una casa donde realizaba labores domésticas y donde vio cómo utilizaban su cuerpo para concebir dos bebés y después quitárselos. Hace unos años Sophia creó la organización ‘Walk with love’, con el propósito de ayudar de forma directa a las víctimas de la trata en Tailandia.
En 2013, después de recaudar fondos con un concierto benéfico en España, abrieron la ‘Walk with love house’, un hogar de acogida donde las mujeres y los niños pueden tener acceso a la escolarización, aprender inglés, y practicar talleres de manualidades. Allí se encuentra actualmente Lat, con sus cinco hijos. La organización cubre sus necesidades más básicas, los cinco niños están escolarizados y Lat ha podido comenzar su propio negocio de venta ambulante de comida ‘Som Tam’, un plato típico del país que se cocina con papaya.

El énfasis de ‘Walk with love’ se centra en crear una nueva oportunidad desde la educación de las personas, “tratando de fomentar en ellas nuevos roles que garanticen unas relaciones saludables y equitativas”, afirma Sophia. Además, destaca el papel de la escolarización de los infantes, hecho que permite que muchos de ellos tengan acceso al aprendizaje de un oficio profesional. Algo prácticamente imposible en las familias de la comunidad del norte, que entran dentro de un flujo de quinientos millones de personas que sobreviven con menos de dos dólares al día en la zona del sudeste de Asia. 

Lat, Sophia y una amiga en el 'Red Light District' de Bangkok (foto:WWL)

(Pese a que en 1993 Tailandia, junto con otros nueve países de la Asociación de naciones del sudeste asiático (ASEAN), firmaron un plan de acción enfocado a combatir el tráfico de niños y la prostitución infantil, un informe de la ECPAT (End child prostitution, child pornography and Trafficking of children for sexual purposes), en noviembre de 2014, calcula que el 40% de las personas forzadas a prostituirse en el país son menores de 18 años. La mayoría de ellos provienen de minorías étnicas, sectorespobres y en riesgo de exclusión o bien, son inmigrantes.  Lejos de mejorar la explotación a nivel nacional, el intento de Tailandia por poner en control su oferta de ‘turismo sexual’ ha provocado un rápido aumento del tráfico en las vecinas Camboya y Vietnam. Hecho que demuestra la falta de soluciones absolutas y reales ante los intereses que mueve la industria turística en la zona y la opacidad con la que se presenta cualquier información respecto a ello. 

La experiencia y el encuentro de las personas cooperantes con las víctimas en la  cercanía son las bases para la reconstrucción de una sociedad considerada como destino tradicional del turismo sexual, según los mapas de las organizaciones internacionales. Más allá de los grandes acuerdos en materia de tráfico y abuso, como la Convención de Derechos del Niño de 1989, son los proyectos locales, como ‘Walk with love’, los que han confirmado la existencia de una alternativa basada en una redistribución de la riqueza, en este caso orientado a las comunidades del norte del país, con el objetivo de facilitar el acceso a la escolarización de todos los niños, además de la toma de medidas para establecer unas relaciones sociales responsables y respetuosas entre las personas.

miércoles, 18 de febrero de 2015

La violencia no se palia con violencia

Por estas mismas fechas, el pasado año 2014, el Gobierno aprobó una limitación de la justicia universal que provocó que algunas causas que estaban siendo investigadas, como los genocidios guatemalteco y ruandés o bien el asesinato de José Couso, se paralizasen. Sin duda una imagen que genera contradicción con el lema 'contra la violencia', con el que PP y PSOE están defendiendo el pacto antiterrorista, con especial atención focalizada en el yihadismo, que han firmado en los últimos días.
El pacto antiterrorista es una extensión de la 'ley mordaza' (elpaís.es)
Por aquel entonces, el diputado popular, José Miguel Castillo, declaró que dicha reforma permitía "delimitar con claridad" las hipótesis en las que la justicia nacional pudiese investigar los delitos cometidos fuera del territorio español. Los líderes de los partidos firmantes del presente pacto antiterrorista, en cambio, han hablado de "unidad" y de dejar a un lado los intereses propios. Sin embargo, el acuerdo presenta una entonación marcada respecto de la prevención de utilizar Internet cómo herramienta para propagar el terror o atentar, directamente, cláusula que se está criticando duramente desde los sectores de internautas porque denuncian favorece la posibilidad de que el Gobierno incida con mayor control en la red.

Según los artículos 1 del Código Penal y 25.2 de la Constitución Española, la finalidad de "las penas y medidas privativas de la libertad" será la de reinsertar y reeducar a las personas que se encuentran sometidas a ellas. Un supuesto que dista mucho de la reforma más llamativa que incluye el acuerdo antiterrorista: la llamada 'prisión permanente revisable'. Algo que según el Ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, "no tiene nada que ver con la cadena perpetua". Aunque en el último programa de 'Salvados', llegase a confesar que en "caso de extremo" una persona podría quedar recluida hasta la fecha de su defunción. Es decir, dicha persona estaría cumpliendo una cadena perpetua. Una cuestión demasiado subjetiva que deja únicamente al entendimiento de Gobierno y autoridades judiciales la definición del término "extremo", y en consecuencia la aplicación de este eufemismo de cadena perpetua. ¿Quién, sino, marca la línea entre lo que es extremo y lo que no?

El pacto antiterrorista cierra un triángulo en materia de legislación, junto con la también reciente reforma del Código Penal y la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana, que se solapa con algunas libertades y derechos fundamentales, quedando estos en perjuicio. Y pese a la apariencia mediática que se le ha dado al asunto, de mera lucha contra el yihadismo, son muchas las pistas que indican un claro interés por parte del Gobierno y las instituciones, de aumentar su control sobre la ciudadanía.
Las políticas para frenar la violencia sólo pueden acrecentarla (elmundo.es)

Unos planteamientos de carácter violento y chocante contra el ámbito social de los cuales se 'espera', de forma incongruente, que promueven un ambiente de paz. Una idea similar a la tradicional fórmula de Vegelio, Si vis pacem para bellum ("Si quieres la paz prepara la guerra"). Es decir, violencia para frenar la violencia. Algo completamente contradictorio al ideario pacifista y a la gran labor que el movimiento y la cultura por la paz sigue enseñando. En contadas ocasiones se le ha dado opción de gobernar a los planteamientos pacíficos. Quizás por eso un Ministro de Interior puede permitirse hoy salir en pantalla, presenciar algo llamado 'devolución en caliente' y limitarse a decir que la persona en cuestión 'devuelta' está fingiendo. Qué lejos queda de esta realidad de aquello que decía el fundador de 'Fundació per la Pau', Alfons Banda: "La paz son las actitudes necesarias para romper la cadena de causalidades que explican una historia permanentemente violenta que no queremos continuar". La precaución contra esta doble moralidad usada por los Gobiernos, los cuales hoy piden paz y ayer limitaban la investigación judicial de crímenes en todo el mundo, debe extremarse, puesto que parecen decididos a utilizar hechos como los de 'Charlie Hebdo' y sucesos como los del Estado Islámico para ampliar su control tanto en las redes como en el día a día cotidiano.


miércoles, 4 de febrero de 2015

3+2 son 20.000

Más master y menos grado. Este es el lema que lanza el Consejo de Ministros sobre el modelo educativo en las universidades del estado. En lugar de solventar la cuestión de unas ayudas públicas al estudio que han caído un 18% por estudiante desde 2010, el Gobierno ha aprobado el plan 3+2, que consiste en reducir el graduado a tres años y fortalecer la figura del master biennal, influencia del modelo europeo que nació después del plan Bolonia. 

1.Problema económico

En contrapartida al primer argumento de defensa que alega el ministro de educación, José Ignacio Wert, podría observarse que si bien el 3+2 es un programa que lleva funcionando varios años en las universidades de Europa, sin lugar a duda ha sido posible gracias al sistema de becas que utilizan algunos de los estados del continente. Ahí quedan, si no, los 237 euros anuales que pagan los estudiantes franceses por los estudios universitarios finalizados con un master; o los 240 euros semestrales que se pagan en muchas regiones alemanas y que incluyen un ticket de transporte por el mismo periodo de seis meses. La pregunta en relación a estos datos sería si la implementación del plan 3+2 vendría acompañada de un aumento en las ayudas a estudiantes, cogiendo a la Unión Europea como ejemplo igual que hace Wert, o bien se desarrollaría, una vez más, un plan sin poner a su alcance los recursos necesarios para garantizar su éxito?
El 3+2 se presenta con muchas preguntas sin responder (elperiodico.es)

En este punto puede detectarse, pues, que la urgencia no es tanto remodelar la estructura del graduado ni atraer con más fuerza el master, cosas que elevarían todavía más el precio de los estudios, sino reactivar las ayudas públicas para poder situarnos al mismo nivel que el resto de la Unión Europea.



2.Es necesario redefinir cuál es el objetivo de una universidad

La sociedad debe desprenderse de la visión estrictamente laboral que desde muchas instituciones gubernamentales se ha tratado de otorgar a las universidades. Éstas no deberían interpretarse como fábricas de profesionales que cada año sacan una nueva remesa al mercado laboral sin cerciorarse de que los conocimientos han sido absorvidos y comprendidos. El alumnado es la materia prima de las universidades, no del mercado. Y por lo tanto, si se entiende el centro universitario desde la perspectiva de lugar de aprendizaje y transmisión de conocimientos, ideas, capacidades de acción y de pensamiento, se comprenderá que está muy lejos de servir de mero alimento a un mercado que no tiene fin ni propósito. 

Es por ello que quizás lo primordial no sea una reestructuración del planteamiento de estudios a nivel de duración, sino una reconsideración del modelo que se instruye actualmente, que introduce a muchas asignaturas pero que profundiza poco en los conocimientos, y que se basa en una perspectiva puramente productiva, con las miras puestas en el mercado laboral y no en el bello, y cada vez más caro, arte del saber.

3.Lectura política de la decisión

Ya hay protestas programadas contra el nuevo plan (elconfidencial.es)
 A lo largo de los últimos años de crisis, los centros universitarios se han convertido en punto de concentración de muchas y diversas ideologías que comparten el mismo objetivo: combatir la austeridad que el presente gobierno liberal conservador ha impuesto a base de recortes. El sector de la educación es uno de los grandes afectados de dichos 'reajustes', según el léxico del Partido Popular, presupuestarios. La reducción de cuatro a tres años de los estudios universitarios más básicos, es decir el graduado porque la posibilidad de cursar dos años de master está limitada a quien pueda costearlo, supone la eliminación de estudiantes activos y por lo tanto la reducción de posibles opositores a la Administración. Por no hablar de esa mirada tan hipócrita que se hace en relación a la presencia española dentro de la Unión Europa: se iguala el sistema de estudios pero no las condiciones de los estudiantes.

El balance del 3+2 no podrá hacerse hasta la nueva promoción, a partir de Septiembre de este mismo año. Una cosa es segura; que los estudiantes, que al fin y al cabo es el sector por el que se está tomando una decisión que no se les ha sometido a ninguna consulta, volverán a dejar su presencia en las calles y a demostrar que en un sistema tan cortoplacista como el que mercado y gobiernos sustentan, no hay futuro para ningún estudiante, aunque se gradúe con el plan que se gradúe.

sábado, 24 de enero de 2015

¿Dónde estabas, hombre de azúcar?

Son muchas las similitudes entre Syriza y Sixto Rodríguez. La coalición de la izquierda radical griega, que este domingo enfrenta sus sextas elecciones generales, por primera vez con la vitola de ser la favorita en unos sondeos que le dan hasta diez puntos de ventaja sobre los conservadores, encabeza la vanguardia del renacimiento de la izquierda en Europa. En el capítulo del cine-documental, el protagonista de Searching for sugarman revive su drama musical hasta ver cumplido su sueño en el exilio, innovando las rígidas estructuras del pop-rock-(alternativo) de los 70 y liderando un nuevo género en Sudáfrica

Sixto Rodríguez, en un fotograma del documental (nytimes.com)
El cantautor de Detroit, de origen mexicano, se ve vagar por las calles de su ciudad, abucheado por públicos sedientos del "blues del establishment", como dice su tema homónimo. Sin embargo, desconocedor del alcance que pueden tener las notas de una melodía y las letras de una canción, se convierte en uno de los hitos de la banda sonora contra el apartheid en Sudáfrica, además de uno de los referentes principales de la música de los 70 en el país. 

Syriza, como el resto de los planteamientos de la izquierda original, también vagaba. Al igual que varias formaciones de izquierdas en algunas de las potencias europeas, obteniendo representaciones residuales (4% en las elecciones de 2009) o muy por debajo de la línea conservadora. El conservadurismo de la mano de perfiles como Aznar, Sarkozy, Berlusconi o Merkel ha imperado en Europa durante gran parte de la primera década del siglo XXI en Europa. La posibilidad de ver al partido liderado por Tsipras gobernando en Grecia, y en el supuesto de que cumpla parte o su programa íntegro, supone un punto de rotura con la tradición política de los últimos años

Alexis Tsipras en un mítin de Syriza (adabasini.com)
Las de Rodríguez y Tsipras son dos voces que inquietan. Ofrecen una novedad que al principio puede parecer misteriosa pero que poco a poco se descubre para mostrar otra visión de la realidad que no menoscaba en nada. Tan sólo existe una diferencia: que Sixto Rodríguez puede permitirse despertar el recuerdo de sus letras, ya maduradas, en tierra sudafricana, tal y como lo compila Searching for sugarman. Syriza, en cambio no tiene victoria alguna a recordar, sino una tendencia a la alza del crecimiento de sus votantes que la ha traído hasta las puertas de liderar el Consejo de los Helenos. Si finalmente la jornada del domingo se ciñe a las predicciones establecidas por los sondeos electorales y Syriza vence, la coalición griega tendrá en sus manos el difícil, y no menos importante, proyecto de conseguir impulsar un modelo político basado en la raíz de la ideología izquierdista. La reconquista del concepto de la izquierda en Europa y, como cantaría Sixto Rodríguez, una demostración de que verdaderamente existe una alternativa al tradicional 'blues del establishment'. Todo ello, claro, siempre y cuando la retórica y el vigor de campaña electoral respeten el programa político y su puesta en funcionamiento,

jueves, 15 de enero de 2015

En casa del herrero, cuchara de palo

Los atentados de la revista Charlie Hebdo y del supermercado judío en Francia reabren el debate entorno a la libertad de expresión y dónde se encuentran, si es que debe haberlos, sus límites. Muchas de las potencias de occidente han visto cómo la ciudadanía ocupaba las calles para manifestarse en contra de la violencia, o también para reivindicar un espíritu islamófobo que viene creciendo desde principios de siglo, cuando se atentó contra las torres gemelas.

Cabeza de la manifestación contra el terrorismo de París (lavanguardia.com)
Una de las imágenes que concentra un carácter más histórico es la de la cabecera de la millonaria marcha en París, con algunos de los líderes de las potencias occidentales. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, también asistió a la manifestación poco después de condenar públicamente los hechos acontecidos. Mientras tanto, en España el humorista Facu Díaz era imputado por la Audiencia Nacional, por causa de un 'sketch', emitido en 'LaTuerka', en el que comparaba al Partido Popular con ETA, y que había denunciado la organización Dignidad y Justicia por "humillación a las víctimas del terrorismo". 

La noticia cogió, rápidamente, mucho eco en las redes sociales y algunos perfiles de medios de comunicación, como eldiario.es o Público, y también profesionales del mundo del periodismo, como Ana Pastor y Jordi Évole, denunciaron "un ataque contra la libertad de expresión", con el lema 'Todos somos facu'. También la prensa internacional ha destacado la noticia del humorista y medio como la 'BBC' se han puesto en contacto con él para hacer un reportaje.

Mariano Rajoy a la cabeza de la manifestación en París, junto con el resto de sus homólogos. Se condena toda violencia y restricción emprendidas contra la libertad de expresión, y se hace alarde de que "la libertad es más fuerte que la barbarie", tal como dice el presidente francés, François Hollande. Mietras tanto en España se vuelven a discutir los límites de la libertad de expresión, en el marco de un 'sketch' sin ninguna violencia física como la que se ha había visto días antes en París. Y en Reino Unido, pocos días después, el primer ministro, David Cameron, abre la puerta a una restricción taxativa de 'WhatsApp' para garantizar "un lugar seguro donde comunicarse". Ante estas imágenes puede pensarse que el sistema occidental de libertades es muy sencillo de tumbar.




viernes, 9 de enero de 2015

¿Cómo no vamos a condenar la inquisición?

Desde La letra pequeña manifiesto mi más sentido pésame para todos los familiares y personas cercanas a las víctimas del atentado terrorista que tuvo lugar el miércoles 7 de enero de 2015 contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo. Ha sido un acto de violencia injustificable cuyo único objetivo era restringir la libertad de expresión a través del miedo. ¿Cómo puede relacionarse algo así con una creencia religiosa? Para mí el múltiple asesinato cometido en la sede de Charlie Hebdo no tiene nada que ver con la religión, sino que veo clarísimamente que se trata de una consecuencia directa por el fuerte odio que ostentaban los autores y el deseo de crear sumisión a través del terror. 

Si una portada de una revista satírica acaba así, no es porque se cause una ofensa hacia la fe que se profesa, sino porque existe una voluntad de dominio por parte de un colectivo concreto. No me refiero a la comunidad musulmana francesa, ni al islamismo en el resto del mundo. Tampoco me refiero al cristianismo, ni al budismo, ni al judaísmo, ni al hinduísmo, ni a ninguna otra religión. Considero que ninguna creencia auténtica puede desembocar en una barbarie como la que hemos podido contemplar en estos días; básicamente porque es algo contrario a ellas mismas. Las imágenes que hemos visto se corresponden a la etiqueta del odio que no busca reconciliación sino únicamente una vía de escape. Son el vivo retrato de la violencia en su más básica manifestación; imponerse por la fuerza sobre todo lo diferente

Por lo tanto, veo bastante desencajada la discusión que se ha establecido entorno al islam en las últimas horas. Especialmente en las redes sociales. Por ejemplo en twitter, donde el hashtag más utilizado en España durante el día del atentado y parte del siguiente fue #stopislam. ¿Qué sentido tiene volcar la justicia que todos deseamos contra una comunidad tan heterogénea y diversa como es la musulmana? Es como relacionarnos al cristianismo y sus seguidores con la inquisición que comandaba Tomás de Torquemada. Por ello se debe demandar prudencia en las tantísimas publicaciones y comentarios que circulan por la red en estos días, no sea que el peso de la justicia que demandamos recaiga sobre nosotros mismos en forma de injusticia, o bien haciéndoles un bonito regalo pre-electoral a los LePen i Plataforma per Catalunya de turno.

Además de la restricción que se le ha intentado imponer a la libertad de expresión una vez más (no nos engañemos, cada día se restringe desde las élites y éstas procuran hacerla bailar a su antojo de aquí para allá), me preocupa la conciencia de la violencia que existe tanto en los medios como en las redes sociales. Más bien la poca conciencia, diría yo, y siempre enfocada hacia el "yo", o como mucho el "nosotros". ¿Dónde está la niña o el niño que muere cada pocos segundos a causa del hambre y la desatención sanitaria? ¿Y dónde están los refugiados sirios, pendientes de una guerra que en 2014 alcanzó su mayor registro de muertes? También son actos criminales de un sistema que nos arrastra a la violencia como única vía de relación. Todos ellos son actos terroristas que se perpetran cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo, con absoluta impunidad.