viernes, 10 de mayo de 2013

Las balas y las drogas

La industria armamentística no cesa en su producción. Aunque el  pasado año 2012 el sector observó una cierta reducción, las armas continúan constituyendo uno de los mayores gastos y una de las principales preocupaciones de los países. 

Los países siguen armándose sin ningún tipo de consideración, cada vez con más fuerza y adquiriendo mayor riesgo. Mientras tanto, las diferentes alternativas que se van proponiendo desde instituciones como la ONU, nacen en el fracaso inmediato

comer balas. Flickr.com
La lista de países vendedores de armas está encabezada por Estados Unidos, seguida de las principales potencias europeas como Rusia, Francia o Alemania, y del gigante chino. Respecto el listado de los países que lideran la importación armamentística global, tenemos a India a la cabeza, seguida de otros países asiáticos y orientales cómo China, Singapur o Corea del Sur. Oriente Medio cuenta también con una fuerte presencia en el listado de países y Estados Unidos aparece la octava. 

La cocaína mata. Un fusil de asalto también

El mundo entero parece haberse enganchado a la adicción de las armas. Se trata de una droga que no es nueva, pero ha ido proliferando y, sobretodo, convirtiéndose más peligrosa con el paso de los años. Muchas novias le han ido saliendo a este negocio que tiene un amplio y vasto mercado negro. No importa de qué guerra o conflicto se trate, siempre hay un Joseph Kony o cualquier Señor de la guerra dispuesto a hacer negocios. 

El peligro mayor en el que se ha caído ha sido el de llevar las armas a un uso y un ambiente doméstico y las condiciones se han pagado y se pagan. La cotidianidad y la costumbre que se han tomado respecto la producción masiva de armas, cada vez más peligrosas, han supuesto una losa para las sociedades menos desarrolladas y que se encuentran expuestas a un mayor riesgo de guerra o conflicto bélico. 

Occidente: el gran camello. Oriente: el gran adicto.

Guerrilla armada/20minutos.es
Estados Unidos junto con Europa abastecen de armamento a la mayoría del resto de países del globo terráqueo. Los países de Oriente, África y Asia son los principales compradores del flujo armamentístico que se produce en el mundo. El perfil del comprador suele relacionarse con un país en vías de desarrollo, caracterizado por una falta de recursos primarios y por una ciudadanía que padece la pobreza y la escasez de manera grave. Además, se encuentra en todo momento expuesto a revueltas violentas, guerras, golpes de estado y cualquier tipo de conflicto bélico. 

De hecho, tal y cómo muestra la etapa histórica del pasado siglo XX, estos países, y sus civilizaciones, son los probadores de las nuevas hazañas armamentísticas. El pasado histórico de las naciones implicadas en este negocio muestra unos antecedentes más que sospechosos, a través de los cuales se nos permite relacionar la inducción y la incitación a guerras con el único motivo de generar más producto armamentístico, venderlo y probarlo. 

¿Existe un futuro tras las armas?

Las tensiones a las que hemos llegado en la actualidad, y que rivalizan a países con los otros, pueden servirnos como indicios para creer en el advenimiento, no muy lejano, de una tercera guerra mundial o algo por el estilo. Las armas han evolucionado hasta alcanzar su versión más letal y mortífera: el arma nuclear. 

Caricatura sobre el poder nuclear de USA/avizora.com
Hoy en día suponen lo mismo que el gas en la Primera Guerra Mundial y la bomba atómica en la Segunda Guerra Mundial: una destrucción total. Una vaporización, como diría George Orwell en 1984

Los datos hablan y los hechos muestran como esta poderosa y letal droga ha intoxicado el mundo por completo sin dejar sana ninguna parte. La cuestión a plantearse ahora es si la lucha y la reivindicación pacífica podrán con el avance armado. Oriente seguirá queriendo poner precio a los pecados de Occidente. Occidente continuará con su arrogancia, creyéndose el amo del mundo y tratando de dominar todo



Tal como reza una frase del célebre científico alemán, Albert Einstein, "no sé cómo será la Tercera Guerra Mundial, sólo sé que la cuarta será con piedras y lanzas".

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