La Comunidad Valenciana ya recibió, no hace mucho, una importante inyección de liquidez por parte del estado ya que era una de las autonomías con más déficit, y de hecho lo sigue siendo. Ayer conocíamos la noticia de que dicha comunidad vuelve a realizar una petición, en cuanto a liquidez se trata, al gobierno central. Máximo Buch, responsable de la consejería de economía, industria y comercio de la Generalitat Valenciana hace pública la necesidad de 3.500 millones de euros para poder hacer frente a los vencimientos del actual periodo.

Además de Valencia, la
Región de Murcia i Cataluña también tienen previsto acudir a las arcas del
estado por tal de conseguir algo de liquidez. Pero bien, centrémonos en
Valencia.

…cuesta aceptar, desde un punto de vista ético y
también estético, que se esté exigiendo fuertes sacrificios a los trabajadores,
a los interinos, a los funcionarios y a tantos colectivos y empresas, y que
paralelamente se mantenga un evento que simboliza todo lo contrario de lo que
ahora se demanda a la sociedad. (Salvador Enguix, La Vanguardia,
04/1/2012).
No creo que sea necesario comentar el artículo. Es perfectamente
comprensible y sencillo de entender. El autor nos da la situación tal cual,
mascada a lo máximo. Y por muy cruel o dura que parezca es así. Así es la
sociedad mandataria del “hoy”.
El coste de organizar esta prueba es de 30 millones de euros por
temporada. Hecho que le supone a la Comunidad Valenciana unas pérdidas de 20
millones anuales. Además se sabe que el contrato vigente con la organización de
la Fórmula 1 caduca en 2014, pero la “comunitat” busca ampliarlo hasta el 2020.
Este hecho está siendo muy cuestionado ya que se han dado un gran número de
alternativas a la Generalitat Valenciana como la reestructuración y
remodelación del circuito Ricardo Tormo o compartir el Gran Premio de Europa
con Cataluña, como le ofreció en su día la Generalitat catalana a Camps.
Parece que la fe del gobierno valenciano en este evento es inamovible.
Pero ¿realmente podrá mantenerse así? ¿Cómo puede un gobierno asegurar que le
falta liquidez y costear un evento de tal dimensión como el GP de Europa? ¿Cómo
esquivará Valencia su segundo “match ball”?
Estemos atentos porque puede que su pelota nos salpique a todos.
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