Francamente, cómo estudiante de
periodismo y con medio curso bajo el brazo, gracias a Dios, no puedo mantenerme
indiferente ante un hecho como este. Reconozco que es un hecho, en teoría, de
una magnitud minúscula e incluso ridícula pero lo cierto es que son muchos los
hechos minúsculos que, cómo este, han provocado el crecimiento de una montaña
de errores. Antes de pasar a analizar la situación y el contexto en los que se
produce la noticia soy yo quien pregunta: sinceramente ¿es una noticia de
portada de un telediario? Seamos conscientes de que la información y sus medios
suponen un gran poder para y sobre el “demos”, es decir, el pueblo. Si este
poder se utiliza de una manera errónea o incorrecta las postreras influencias
sobre la masa serán equívocas. Es una muy sencilla regla de tres. Partamos de
esta base.
Ahora añadámosle el análisis del
contexto y la situación en los que la noticia se produce. Como país (España) y
como miembro de una comunidad de países (la Unión europea) estamos atravesando momentos
críticos y decisivos en los que están en juego hechos y medidas como un posible
rescate a través de nuestra deuda, las diversas manifestaciones por la cantidad
de injusticias sociales a las que nos están sometiendo o las dificultades
laborales con las que nos encontramos.
Además de todo esto tenemos el aliciente, que debería quedar siempre en
eso, un mero aliciente, de los Juegos Olímpicos que se están celebrando en la
capital británica. Y por si fuese poco, podríamos sumar la noticia
meteorológica del incesante calor que estamos padeciendo en estos días.
Espero que después de todos estos
hechos que bañan nuestra actualidad quede claro que situar como noticia de
portada de un telediario la caída del rey es un acto de falta de
profesionalidad y neutralidad. Este hecho es inconcebible en sí. No se puede
sostener por parte alguna. Es declarar de manera pública que cabe más
importancia en el hecho que el rey tropiece y caiga que no en el hecho que nuestros
mercados se vayan al “garete”.
Por lo tanto, estas minucias no
pueden ni deben ser pasadas por alto porque recordemos que de minúsculos
ladrillos se construye el edificio. Y esta es la triste situación que impera en
los medios de comunicación, no sólo en la cadena Antena 3. Las noticias y actos
que realmente tienen poder para cambiar el transcurso de la corriente, como el
seguimiento de las condiciones y los derechos humanos tan infringidos en la
guerra de Siria, ocupan planas secundarias
o terciarias, mientras que estas pequeñeces, como la caída del rey o la
victoria en un partido de fútbol, se
afianzan en las portadas y las primeras planas como si portasen con ellas una
relevancia y una importancia indiscutibles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario